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sábado,
15 de
septiembre de
2007 |
Gente que honra la ética
Me tomo la libertad de pedir la publicación de estas líneas, que salen del color de queja que habitualmente tiene esta sección. Me ha tocado en desgracia asistir a mi hija de 16 años durante una crisis de salud, y me encontré con unos profesionales que con su disposición, solvencia, aplomo, don de gente, solidez, resolución y calidez humana no sólo me han reconfortado y encaminado en la respuesta a nuestros problemas de padre e hija, sino que además me han devuelto la confianza en algunos principios que yo ya había dispuesto guardar entre las ilusiones. Lectores: si alguna vez les toca en suerte ser atendidos por los doctores Gustavo Marcucci, Nicolás Borgatello y por todo el personal del Sanatorio de la Mujer, sepan que no es necesario buscar amigos: aún hay gente dispuesta a honrar la ética.
Eugenio M. Previgliano
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