Central, luego de la tormenta

La jueza Giorgetti liberó dinero pese a los embargos y el plantel entrenó

La jueza Liliana Giorgetti fue, una vez más, la tabla de salvación de Central. Durante la mañana de ayer los jugadores se negaron a entrenar en reclamo de una deuda salarial. Pocas horas después, la magistrada logró disponer de los fondos para saldarles la acreencia histórica y la corriente. Cobraron los sueldos de julio, agosto (pese a que aún había tiempo) y todas las primas atrasadas. El plantel ahora está al día. También percibieron sus haberes el cuerpo técnico y el resto de los empleados. Toda la movida significó unos cuatro millones de pesos. En virtud de esto, se levantó la medida de fuerza y la práctica sólo cambió al turno tarde.

   Sin embargo, llegar a esta resolución favorable no fue sencillo y demandó horas de reuniones y búsqueda de alternativas. El gran obstáculo que enfrentan la magistrada y los interventores son tres embargos que, por unos ocho millones de dólares, fueron presentados en el juzgado (hay otros por montos menores,). Esos embargos, en consecuencia, traban la disponibilidad de los fondos depositados por Benfica por Angel Di María.

   Para sortear ese impedimiento, Giorgetti recurrió a un embargo preventivo por unos 2 millones de euros, que había sido presentado oportunamente a pedido de los síndicos para garantizar el cobro de salarios y el normal funcionamiento del club. Un reaseguro para hacer frente a situaciones como la que el club vivió ayer. “Es una medida extrema, pero está ajustada a derecho”, graficaron por la tarde fuentes tribunalicias. La mitad de ese monto ya fue usado ayer.

   Tampoco dudaron en asegurar que “no había otra salida” para destrabar un conflicto que, incluso, trajo a Rosario al secretario general de Agremiados, Sergio Marchi. El dirigente gremial, quien estuvo en Rosario la semana pasada dialogando con todos los que hoy conducen a Central, fue ayer por la mañana a Palos Verdes y se puso al frente de la medida de fuerza.

   De todos modos, los tres embargos no fueron levantados; simplemente la magistrada apeló a una medida que impidió que ayer fueran ejecutados cuando se dispuso tocar el dinero del club. Si bien hubo intentos de los interventores para que dichos embargos fueran retirados o, al menos, que se redujeran los montos, no se llegó a un acuerdo con los involucrados.

   “Algunos acreedores están asfixiando financieramente al club”, se quejó Arturo Araujo, presidente del Colegio de Abogados y uno de los interventores designados por la jueza, antes de la resolución del conflicto. Inclusive, se refirió a las pintadas agraviantes en su contra (ver aparte), sugiriendo que los hizo la barra brava. Luego, la liberación del dinero, trajo la calma.

   Otro de los interventores, el contador Ricardo Schneir, fue por la tarde a Palos Verdes junto a Marchi para darle la novedad al plantel, mientras la interventora Sonia Clark preparó las planillas de pago, que se efectivizaron en el club, ya que no llegaron al cierre del banco para depositar.

   Central vive en un campo minado, pero ayer el estallido apenas dejó esquirlas. Más allá de que Marchi dijo que se trató de un acuerdo precario y transitorio, y que las soluciones deben ser de fondo, el plantel quedó más que satisfecho. La plata pudo liberarse. Eso era lo que todo el mundo buscaba.

Al frente. Marchi encabezó el reclamo, con resultado positivo.