El delasotismo pone en juego su hegemonía en Córdoba

Más de dos millones de votantes están en condiciones de elegir hoy al futuro gobernador de Córdoba, responsable de suceder al justicialista José Manuel de la Sota después de ocho años de gestión.

   Los postulantes que, según los últimos sondeos, llegan con mejores chances de acceder a la Gobernación son el justicialista y actual vicegobernador Juan Schiaretti (de la alianza Unión por Córdoba con el kirchnerista Frente para la Victoria), el intendente opositor Luis Juez (del Frente Cívico y Social) y el radical Mario Negri.

   Desde el oficialismo se menciona con insistencia que Schiaretti lleva “entre 12 y 14 puntos de diferencia” a Juez y Negri, entre quienes habría “un empate técnico”, pero desde el búnker del Frente Cívico y Social aseguran que la elección se ha polarizado en las últimas semanas, y que el PJ y el intendente pelean “palmo a palmo” la definición.

   La elección cordobesa también tendrá impacto en el mapa político nacional, ya que un eventual triunfo del oficialismo, que va en alianza con el Frente para la Victoria, se sumaría a otras victorias del kirchnerismo en elecciones provinciales, como Catamarca, Entre Ríos, Río Negro, San Juan, La Rioja y Tucumán.

   Tal como ha ocurrido en otros distritos, la fórmula oficialista no representa al kirchnerismo puro, ya que fue gestada tras un acuerdo con el delasotismo.

   La alianza delasotista-kirchnerista se consolidó en términos electorales tras la inclusión en la dupla oficial del basquetbolista Héctor Pichi Campana, un ex juecista que saltó el charco en una operación política comandada por el secretario de Transporte, el cordobés Ricardo Jaime.

   El candidato opositor Luis Juez cuenta con el respaldo de otra vertiente kirchnerista representada por la diputada nacional Patricia Vaca Narvaja, y la titular del Pami, Graciela Ocaña, con el auspicio del jefe de Gabinete, Alberto Fernández.