|
domingo,
02 de
septiembre de
2007 |
El último contacto y un enigma de doce horas
El médico Rogelio Gómez fue visto por última vez alrededor de las 23 del miércoles en un peaje de la autopista a Santa Fe. A las 11 de la mañana siguiente apareció su auto en Pergamino. Lo que ocurrió entre esas horas es aún indescifrable para sus familiares: “Entre esas horas, no sé qué hicieron con mi papá”, dijo con pesar una de sus hijas.
Ese miércoles, Gómez fue a visitar a su hija Valeria a la capital provincial. La mujer contó que al día siguiente intentó contactarlo pero no lo ubicó: “El celular estaba apagado”.
Según contó, ese día, un llamado a la policía de Pergamino alertó sobre la presencia del auto en un barrio de esa ciudad. Entonces la policía contactó a un hijos de la segunda esposa de Gómez, ya fallecida. El auto estaba a nombre de la mujer.
La madrugada del viernes acudió al domicilio de su padre, en la ruta 11 kilómetro 420 de Coronda. “No hubo que forzar la cerradura porque abrimos con llave. La vivienda de calle Juan de Garay está cerrada y no es el lugar del hecho”, aclaró, respecto de la inicial información policial.
Valeria sostuvo que su padre no había programado un viaje a Buenos Aires y aclaró que su hermano Diego no se suicidó, como se informara inicialmente, sino que falleció de muerte súbita en 2005.
“Creemos que en el trayecto a Pergamino alguien pudo haber visto el auto. Tiene mucha tierra, como si hubiera transitado por caminos rurales”, añadió, en reclamo de datos sobre su padre, quien mide un metro ochenta, pesa cien kilos, tiene tez morena y usa bigotes y lentes.
enviar nota por e-mail
|
|
|