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 domingo, 02 de septiembre de 2007  
Rehenes cautivos en Afganistán regresan a Seúl

Anyang- Los 19 voluntarios cristianos surcoreanos que guerrilleros del movimiento Talibán mantuvieron como rehenes en Afganistán durante seis semanas llegaron hoy a Seúl en avión y agradecieron al su Gobierno por salvarlos de la muerte.

Un líder talibán de alto rango dijo a Reuters que el Gobierno surcoreano había pagado 20 millones de dólares por la liberación de los voluntarios cristianos. La Casa Azul presidencial negó haber pagado algún rescate, pero ha ya recibido críticas por negociar con los secuestradores.

“Fuimos a difundir el amos de Dios y cumplir sus deseos”, declaró el rehén liberado Lyu Kyung-sik después de llegar al país. “Todos nosotros regresamos después de estar al borde de la muerte y hemos recibido nuestras vidas de regreso”, agregó.

Los rehenes, que regresaron cabizbajos y algunos parecían luchar por contener las lágrimas, se pararon junto a Lyu mientras él leía una breve declaración en el aeropuerto Incheon, en las afueras de Seúl. Lyu se paró entre fotografías de dos cautivos que fueron ejecutados por los talibanes.

“Todos nosotros tenemos una gran deuda con el país y el pueblo surcoreano”, declaró Lyu. “Si pensamos en los problemas que les hemos causado, es adecuado que hacer una reverencia y pedirles perdón”, agregó.

El calvario de seis semanas atrapó al país y llevó a cientos de personas a realizar vigilias a la luz de las velas para rezar por el regreso seguro de los rehenes.

Sin embargo, muchos han criticado duramente a la Iglesia Saemmul, que envió al grupo a Afganistán, por su ingenua visión del mundo y por poner a su Gobierno en apuros.

Sitios en internet de los principales grupos protestantes del país y los mayores portales del país han sido inundados con mensajes que dicen que el grupo y la iglesia son responsables por ignorar las advertencias del Gobierno y realizar una misión imprudente a un lugar peligroso.

Los rehenes fueron llevados a un hospital en el sur de Seúl, donde muchos se desmayaron al reunirse con sus familiares, quienes recibieron al grupo cuando entraban a la recepción. Algunos debieron ser retirados del lugar, sobrecogidos por la emoción.

El Gobierno surcoreano dijo que sólo acordó retirar un pequeño contingente de ingenieros y personal médico y poner fin al trabajo de misioneros surcoreanos en el país devastado por la guerra a cambio de la liberación de los rehenes.

Corea del Sur ya había planeado retirar a su personal de Afganistán antes de la crisis de rehenes.

Cuando se le preguntó si se había pagado un rescate, Kim Man-bok, director de la agencia de espionaje surcoreana, señaló en el aeropuerto: “No se pagó absolutamente nada”.

Los talibanes capturaron a los 23 surcoreanos a mediados de julio. Los insurgentes ejecutaron a dos hombres mientras fracasaban las negociaciones iniciales y el mes pasado liberaron a dos de las cautivas.

Los rehenes, en su mayoría mujeres, volaron desde Dubai, donde pararon en su camino de regreso desde Afganistán.

Ellos dijeron que vivían en constante temor, divididos en pequeños grupos y repartidos por Afganistán para evitar que los detectaran.

Algunos líderes de la iglesia dijeron que el grupo repensaría sus misiones en el extrajero, pero unos señalaron que la crisis en Afganistán sólo había fortalecido su decisión de enviar más misioneros fuera del país, incluso si significaba asumir la negociación para liberar a los rehenes. (Reuters)
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