Lenguaje astrológico

Cristina Giménez

Lo que se estudia en astrología son símbolos. Los signos no son las constelaciones pero tomaron su nombre de las constelaciones que estaban como telón de fondo frente al paso del Sol. Tampoco tienen una medición uniforme de 30 grados como cada uno de los signos del zodíaco, ni son doce. Los doce signos, que son la matriz energética del zodíaco y que responden al lenguaje astrológico, encierran un profundo significado simbólico (esta simbología tiene que ver con el camino espiritual del hombre).

El zodíaco es el recorrido imaginario del Sol a través del cielo visto desde la Tierra. El recorrido aparente del Sol alrededor de la Tierra es lo que se denomina la eclíptica que tiene 360 grados sesenta y está dividida en segmentos de 30 grados para cada uno de los doce signos; o como diría Pitágoras: “Dios geometriza”. El camino de los signos, cuya esencia es de naturaleza espiritual, comienza en Aries y termina en Piscis.

El sexto signo, Virgo, está asociado con la purificación y está simbolizado por una virgen que muestra una espiga de oro en una mano. En un zodíaco de la catedral de Notre Dame, París, está la representación de la virgen y el niño en el lugar destinado al signo de Virgo. Los sumerios honraban a Virgo, y la constelación representa a la Madre Divina. La estrella más brillante de esa constelación se llama spica o espiga por eso a este signo se lo asocia a las cosechas y al trabajo. La Madre Divina es un símbolo de todas las culturas, y en todas las civilizaciones se le ha rendido culto con diferentes nombres.



Escritores de Virgo

A Virgo se lo define como un signo metódico, analítico, detallista y modesto con capacidad para ordenar y clasificar. Es el sexto del zodíaco y se destaca por las cualidades mentales y la claridad de pensamiento. En el zodíaco frente a Virgo se encuentra Piscis, signo de agua de gran sensibilidad espiritual, por eso Virgo refleja muchas veces a pesar de su pragmatismo y su juicio racional, un anhelo por lo trascendente y profundidad de pensamiento. Por este motivo no es raro que grandes escritores hayan nacido con el Sol en Virgo. Jorge Luis Borges y Goethe son sólo dos ejemplos.

Goethe comienza su autobiografía titulada “Poesía y verdad” describiendo su carta natal: “Al mediodía del 28 de agosto de 1749, al sonar la duodécima campanada vine al mundo en Francfort del Main. La constelación era afortunada; el Sol estaba en el signo de Virgo y culminaba el día; Júpiter y Venus lo miraban amistosamente (hace referencia a los aspectos entre los planetas) Saturno y Marte se comportaban con indiferencia; sólo la Luna que acababa de alcanzar su plenitud ejercía el poder de su oposición. Es posible que por estos aspectos favorables en el futuro los astrólogos iban a valorarme en tal alto grado...”

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