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domingo,
02 de
septiembre de
2007 |
La Antigua Olimpia se salvó apenas
Michele Kambas / Reuters
Rodeada de árboles carbonizados y aún oliendo a humo, la Antigua Olimpia recibe de nuevo a los turistas tras un incendio que casi destruyó la cuna de los Juegos Olímpicos. Los bomberos lograron salvar el lugar arqueológico, pero las zonas aledañas quedaron devastadas por el incendio que arrasó el oeste del Peloponeso, lo que forzó a la población a huir de sus casas.
“Cuando caminé por aquí al día siguiente, lloraba”, dijo Panagiotis Flessas, vicealcalde de la Antigua Olimpia.
Las ruinas de los estadios y el museo, un moderno edificio blanco de una planta que alberga obras maestras como la estatua de Hermes, de Praxíteles, están incólumes.
En torno a ellos, la ceniza gris cubre la vegetación y algunas áreas han quedado destruidas. Muchos árboles quedaron calcinados, aunque otros lugares están a salvo, prueba del éxito de los bomberos contra las llamas.
Este es un lugar sagrado para los griegos, donde los atletas se reunían cada cuatro años para competir en honor de Zeus, dios de los dioses. Los primeros juegos se celebraron en el año 776 antes de Cristo.
El museo y el sitio arqueológico se abrieron el martes, dos días después de que extinguieran el fuego en la zona.
“No vamos a ser borrados del mapa”, dijo Flessas. “La gente está un poco asustada. La zona arqueológica no se quemó. Operamos con normalidad”, añadió. Con 500.000 visitantes al año, el turismo es la industria clave de la región de Olimpia, donde residen unos 12.000 habitantes. l
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