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domingo,
02 de
septiembre de
2007 |
En foco. Boom de indicadores de inflación
La Cámara de Supermercados de Rosario anunció que esta semana comenzará a difundir un índice de precios propio. La iniciativa tiene como fin precisar los niveles de aumento hoy difíciles de estimar a partir de la intervención al Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) y, al mismo tiempo, deslindar los factores que impulsan los incrementos de precios en esa actividad respecto del resto de los sectores.
La conformación de un índice es una acción importante desde el punto de vista de sumar referencias que permitan aproximarse a una estimación del costo de vida. Es parte de la proliferación de estimaciones privadas de inflación que surgieron como consecuencia del deterioro de la credibilidad del Indice de Precios al Consumidor (IPC) tradicional.
De todos modos, como lo advierte la mayoría de los expertos en estadísticas, ningún índice privado podrá reemplazar, por estructura, al que realiza el Indec, cuando está elaborado sin intervenciones políticas. Por caso, el de los supermercadistas rosarinos tendrá un gran valor para seguir la evolución de los precios en las bocas de expendio involucradas, pero en ese universo también está su límite. Ese no es el número de la inflación. No se trata de impugnar las mediciones que el sector privado se vio obligado a construir por los desaguisados en el Indec, pero sí de subrayar los perjuicios que ocasionó la destrucción del índice oficial, y que el gobierno parece no haber ponderado en su totalidad. Entre otras cosas, un índice de inflación permite anclar expectativas y operar sobre distorsiones de mercado que generan las subas de precios. Hoy el IPC tradicional no sirve para eso y la amenaza es que los índices privados, conformados con las mejores intenciones pero sin la neutralidad que debería poner el Estado, lo reemplacen en esa función.
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