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 sábado, 01 de septiembre de 2007  
Por los robos, la instalación de alarmas aumentó un 20%

La colocación de alarmas y sistemas de seguridad en Rosario aumentó un 20 por ciento respecto del año pasado. El dato surge de las propias empresas del sector que trabajan a full para equipar a los clientes. Los “objetivos” se han masificado y diversficado. Ahora, los clientes están en casas de familias de barrios del macrocentro, locales de ropa y hasta verdulerías. Si en un principio se custodiaban los bienes, hoy también se requiere el servicio para controlar al personal vía circuito cerrado o producir un efecto disuasivo ante los delincuentes.

   Los carteles frente a las fachadas de los edificios se multiplican por doquier. “Local monitoreado” o “área protegida” aparecen como moneda frecuente. En la actualidad, las alarmas se reproducen en comercios barriales y en áreas residenciales alejadas del centro.

   “Ahora los robos no son de pobres contra ricos, sino de pobres contra pobres y la gente quiere proteger lo poco que tiene con un sistema de alarma que le ponga una frontera al delito”, indicó el socio gerente de Centinet-Previnet, Carlos Prestipino.

   Otra prestación en boga se orienta a los pequeños y medianos comercios con la colocación de circuitos cerrados de televisión para que sus dueños puedan acceder a través de banda ancha. Según el encargado de la estación de monitoreo de Intelired, Alejandro Riff, “el crecimiento es constante, en buena medida porque los precios de la tecnología y la instalación han bajado y ahora cualquier vivienda tiene una alarma. Si antes los clientes eran de Funes, Fisherton o La Florida, ahora abarcan todos los puntos de la ciudad”.

   Y en relación al perfil de los negocios se da —desde hace un lustro— la misma situación. Antes, el monitoreo por alarma era casi privativo de joyerías, grandes tiendas, fábricas y negocios de alta gama. Ahora, con el sistema de pulsador electrónico con aviso silencioso de asalto, la demanda se abrió a otros rubros. Como ejemplo, un pequeño local con sala de atención y sanitario tiene un costo de instalación de 700 pesos. Y el mantenimiento mensual ronda los 40 pesos, a difencia de Capital Federal que asciende a 70 pesos. En tanto, el efecto disuasivo de los carteles también parece dar resultado.

   En Rosario unas 70 firmas se dedican al negocio. “Estamos con un 20 por ciento de crecimiento respecto de 2006”, subrayó Prestipino de monitoreo. La tecnología permite detectar una intrusión al “objetivo” no autorizado, que de inmediato dispara una señal por teléfono a una estación de monitoreo, y se comunica con el propietario del bien y a su vez a la seccional policial con jurisdicción en la zona.

   Prestipino se quejó del bache normativo que ha permitido un auge del negocio en forma irregular. “Hay una gran cantidad de operadores que carecen de responsabilidad; quien se dedica a la instalacion de alarmas brinda un servico integrado de monitoreo. La seguridad esta en manos de ex personal de seguridad o de técnicos electrónicos que conocen de circuitos. Así, la multiplicación de la oferta hace que los servicios oscilen entre los 25 y los 70 pesos mensuales”, comparó el empresario del rubro.
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