A 2 días. El PJ y la oposición clausuraron ayer sus respectivas campañas. Ambas fuerzas confían en el triunfo

Binner, una caminata a puro clavel

El postulante opositor realizó una maratónica caravana por Rosario. Hubo flores y una denuncia

Carlos Vallejos / La Capital

El Frente Progresista cerró ayer en Rosario su campaña proselitista con una maratónica caravana que culminó con una caminata por peatonal Córdoba y un discurso de Hermes Binner en el que denunció una “operación” destinada a instalar falsas encuestas que dan ganador al PJ y llamó a sus fiscales a estar atentos ante la eventualidad de un fraude en los comicios del domingo.

   Encabezada por Binner y Griselda Tessio (fórmula para la Gobernación), Miguel Lifschitz (quien se propone retener la Intendencia), Juan Carlos Zabalza (a senador provincial) y demás postulantes a diputado y concejal, la caravana recorrió la ciudad (arrancó en el puente a Victoria, desembocó en el Monumento a la Bandera y terminó en la plaza Pringles). En todo momento recibió el aliento y el reconocimiento de los muchos rosarinos que salieron a recibirla o, directamente, a sumarse a su recorrido.

   La coalición opositora procuró ayer asegurar que los logros de cuatro gestiones consecutivas del PS en Rosario se traduzcan en los votos que necesita Binner para ser el primer gobernador socialista del país.

   “Terminamos una caravana de 3.000 kilómetros que llevó a todos los rincones de la provincia nuestro convencimiento de que otra Santa Fe es posible”, sintetizó Binner la etapa que concluyó anoche.

   Bombos, banderas, globos, algunos cohetes y claveles. Muchos claveles, sobre todo rojos. Algarabía, juventud y ganas de festejar. Por encima de todo la voz de León Gieco en el “El ángel de la bicicleta”, y adelante los candidatos. Así transitó el Frente Progresista los últimos metros antes del encuentro con la verdad, con las urnas.

   Algunos sonrientes y desinhibidos (María del Carmen Alarcón, casi feliz, Griselda Tessio), otros más serios (Zabalza, por ejemplo), y uno reconcentrado —sabe que encaraba el round final—, Binner, a quien ni las fotos, los abrazos o los besos lograron borrarle el rictus de tensión.

   “¡Borom bom bom, es Binner gobernador!”, atronó una vez más, fue en la esquina de Entre Ríos. Allí se aflojó, bailó y se sumó a la repartija de claveles.

   En su último discurso de campaña insistió sobre los que fueron los ejes de su programa de gobierno y en la conveniencia de que ciudad y provincia vayan en al misma dirección. Insistió en los cambios que necesitan las áreas Salud, Justicia, Educación y Seguridad. Luego chicaneó: “No puede ser que una provincia rica viva en emergencia... hídrica, educativa, económica...”, tronó.

   Al final denunció una “operación” para hacer aparecer falsos sondeos adversos. “Todas las encuestas nos dan como claros ganadores: el domingo festejamos en el Patio de la Madera”, alentó. Luego instruyó a sus fiscales para que estén atento en las mesas de votación. “No es que tengamos sospechas, tenemos memoria”, ironizó. Encendió así una luz amarilla en una campaña que estuvo dominada por los tonos grises. l

Binner fue saludado y vitoreado en su paseo por la peatonal. Devolvió las muestras de afecto y, Junto a Lifschitz, fue el blanco de todos los flashes. Confiado, ya invitó a festejar el domingo.