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lunes,
27 de
agosto de
2007 |
Policías absueltos en un caso de gatillo fácil
Santa Fe.— Dos policías de la Unidad Regional I acusados por un caso de gatillo fácil ocurrido en septiembre de 2005 en el barrio Centenario fueron absueltos por la Justicia al entender que actuaron en “legítima defensa” y en el marco de un enfrentamiento. Por ese motivo, los dos uniformados recuperaron la libertad.
La medida dictada por el juez de Sentencia 3, Luis Rodríguez, favoreció al agente Maximiliano Moro y al cabo primero Américo Chamoulao. Al primero le imputaban el homicidio agravado por el uso de arma de fuego de Gabriel Fernández, de 20 años; en tanto a su compañero lo acusaban como partícipe principal.
Según la versión oficial, la noche del 11 de septiembre de 2005 una patrulla con tres uniformados llegó al barrio Centenario alertada por vecinos sobre un efrentamiento entre bandas y fue atacada por un grupo de jóvenes. Ante ello, los uniformados debieron repeler la agresión provocando el desbande de los delincuentes.
Sin embargo, familiares y amigos de Fernández sostuvieron que el pibe fue asesinado cuando salía de una panadería y, al pasar junto a algunos jóvenes, aparecieron los policías y abrieron fuego. Gabriel recibió un disparo en una pierna y otro en la espalda.
Asimismo, la familia Fernández sostuvo que Gabriel no formaba parte de las bandas y que no pudo dispar contra los policías porque no portaba armas de fuego. Y que la droga y el revólver 38 largo que se hallaron junto al cuerpo fueron plantados por los policías.
Los fallos. En primera instancia, el juez de Instrucción Julio César Costa procesó a Moro como autor del homicidio y a Chamoulao como partícipe principal. Mientras que el tercer policía de la patrulla, Gustavo Tanneur, fue desvinculado de la causa.
Esa resolución fue apelada por la familia Fernández y la Sala II de la Cámara de Apelación confirmó lo resuelto por Costa en dos oportunidades. Ya en el juzgado de Sentencia los abogados de Moro y Chamoulao solicitaron la absolución de sus representados. Mientras que el fiscal pidió condena de prisión perpetua.
En el fallo absolutorio, el juez consideró que “está acreditado” que Fernández murió en un “acto de legítima defensa” ejercida por los policías “en un tiroteo”. Y determinó que “Moro y Fernández intercambiaron disparos, haciéndolo la víctima desde arriba de una pared y Moro desde abajo, en el momento en que Fernández saltaba hacia el pasillo vecino”, donde sería hallado muerto.
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