Un pingüino que decide cambiar la seguridad de la nieve por el surf

El filme animado “Reyes de las olas”, que se estrena el jueves, está narrado como un documental

Narrado en forma de documental, “Reyes de las olas” es un filme de animación con un enfoque original que recrea la historia de un aspirante a estrella del surf. El protagonista del filme animado que se estrena el jueves en los cines rosarinos es Cody Maveric, una promesa del deporte que intentará entrar en su primera competición profesional. Seguido de un equipo que documenta sus experiencias, Cody deja su hogar y su familia en Frío de Janeiro, Antártica, con el fin de viajar a la Isla Pen Gu para el Campeonato de Surf en memoria de Gran Z, un legendario surfista.

   La película, para cuyo protagónico presta su voz Shia LaBeouf, una de las estrellas ascendentes de Hollywood (ver aparte) contó además con dos experimentados directores, responsables también de algunos de los filmes más taquilleros destinados a la platea infantil: Ash Brannon, codirector de “Toy Story 2”, y Chris Buck, director de “Tarzán”.

   Usando la técnica, las convenciones y el estilo de televisión y la filmación de documentales, los realizadores se concentraron en los personajes, la historia y la dirección de arte que hacen posible que durante el periplo de los deportistas sus testimonios sean registrados de forma poco frecuente en el género de animación, como es el uso de la cámara en mano, inserción de material de archivo, las preguntas en off y los micrófonos a la vista y dentro del cuadro.

   La producción del filme decidió no recurrir al estilo de los filmes clásicos. “La noción de los pingüinos surfistas en realidad me puso a pensar. ¿Qué tal si, en vez de que sea una fantasía directa, los protagonistas fueran acompañados por una cámara, como si se estuvieran filmando entrevistas en vivo y sin un guión?”, se preguntó el productor Chris Jenkins y añadió: “Creo que encontramos equilibrio entre la imaginación de la animación junto con el realismo y la inmediatez del video de la vida real de hoy en día”.

   El eje de la historia es la relación entre Cody, que cree que convertirse en campeón le dará el respeto que siente merecer, y Gran Z, el alguna vez ídolo y referente de los surfistas que todos creen muerto, pero que de hecho ha estado viviendo solo como ermitaño durante la última década. La relación entre ellos se transforma en una metáfora sobre qué significa la idea de éxito y fracaso para cada uno según pasan los años.

   En cuanto a Z, su imagen de leyenda es explotada por el astuto Reggie Belafonte. Bajo la avara mirada de Reggie, la leyenda de Gran Z se convirtió en una industria de baratijas y chucherías que no puede estar más alejada de lo que perseguía el surfista.

  El director explicó que el encuentro entre Cody y Gran Z los transformará a ambos: “Cuando Cody se da cuenta de que Z todavía está vivo se genera entre ellos una relación de padre e hijo y los dos comprenden que nada puede importar menos que un trofeo. Lo que realmente cuenta es su pasión por estar sobre las olas”.

La película llega con el atractivo de que la ficción incluye a un equipo de rodaje que acompaña al protagonista, Cody Maveric, utilizado recursos propios del género documental.