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miércoles,
20 de
junio de
2007 |
Un agente reclama
su trabajo
Un hombre se encadenó ayer a la Municipalidad para denunciar que fue despedido de manera “injusta” de su puesto en la Guardia Urbana Municipal (GUM) por un altercado que habría promovido un puntero político que le debía dinero. “Fue en la vía pública y me arruinó la vida”, sintetizó.
“La Municipalidad no quiere admitir que se equivocó, le dio crédito a un sinvergüenza que hoy está prófugo”, dijo ayer Víctor Ariel Munafó quien amaneció amarrado al Palacio de Los Leones, rodeado de carteles con la crónica de su despido.
Munafó tiene 32 años, está casado y es padre de dos niños de 7 y 2 años; como el más chico tiene problemas en los bronquios tuvo que vender los equipos de radioaficionado para subsistir.
“Me trataron como victimario y soy una víctima”, insistió. El hecho, que terminó con su despido, ocurrió en septiembre de 2005 cuando, según su relato, esperaba un colectivo en Santa Fe y Laprida, y desde un bar cercano lo llamó Alejandro Brizuela que le debía dinero por una instalación de radioaficionado.
“Fui, me agredieron y traté de defenderme”, describió Munafó. El altercado terminó con la intervención policial y con una sorpresa, Brizuela lo denunció por solicitar exacciones ilegales, hecho que comprometió su trabajo, explicó. Y agregó que desde el área jurídica municipal le aconsejaron tomar una actitud de silencio, situación que terminó perjudicándolo.
Según Marcos Escajadillo, quien en aquel momento dirigía la GUM, el despido de Munafó llegó como conclusión del proceso administrativo que se le inició por participar del altercado público.
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