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 sábado, 02 de junio de 2007  
Caos, heridos y suspensión en Almirante y Estudiantes

Buenos Aires- La final de Primera B, que debía haber catapultado hoy a un equipo a la Primera B Nacional, se frustró con una escandalosa suspensión, a raíz de la caída de un artefacto explosivo que conmocionó al arquero de Estudiantes de Caseros, Walter Cáceres, al punto de obligar a su internación en un hospital, y dio paso luego a una impresionante batalla campal interna entre hinchas de Almirante Brown que ocasionó heridas a por lo menos cuatro personas.

A la gravedad de los hechos de violencia dentro del estadio se agregaron las declaraciones de dirigentes y cuerpo técnico de Estudiantes, que denunciaron previa agresión y robo de pertenencias al micro que trasportaba a sus jugadores, presuntamente conducidos por error por la Policía hacia un ingreso por el que debían entrar los hinchas rivales.

El hecho más grave se produjo cuando se jugaban 13 minutos del primer tiempo al caer un artefacto explosivo en el área chica defendida por Cáceres, quien de inmediato cayó conomocionado y poco después debió ser trasladado inconsciente y con vómitos a los vestuarios y poco más tarde al Hospital Fiorito.

Lo curioso es que la caída del artefacto desde la parcialidad de Almirante Brown se produjo en un momento muy propicio para su equipo: con el marcador igualado 0-0 (igual que en la primera final), el árbitro Diego Abal había sancionado un tiro penal a su favor y enseguida había expulsado a Luciano Mazzina, de Estudiantes, por protestar.

Sin embargo, cuando Sebastian Penco se aprestaba a ejecutar el penal se vio caer al arquero rival. “Me acerqué y le dije "Cubito, levantáte", pero enseguida me di cuenta de que no era ninguna joda”, reconoció el mismo Penco en declaraciones posteriores, en la antesala de un vestuario conmocionado por los hechos y por la inminencia de un castigo que privará a su equipo del anhelado ascenso.

Después de cinco minutos en los que los médicos de Estudiantes atendieron a Cáceres en el campo de juego, el árbitro Diego Abal ordenó la suspensión del partido “porque un protagonista del espectáculo no estaba en condiciones de seguir, según me lo dijo el médico del club”.

La suspensión, que le acarreará a Almirante Brown una previsible sanción en lo deportivo, desencadenó una impresionante trifulca interna entre su hinchada, dividida en dos fracciones antagónicas que habían hecho recientemente las paces sólo para acompañar las instancias finales del torneo.

Así, se produjo el lanzamiento de todo tipo de proyectiles entre los hinchas, ubicados en las dos bandejas. Desde la alta se arrojaron elementos de todo tamaño, desde piedras hasta parte de puestos de venta hacia la inferior, en la que se formó un impresionante claro entre los hinchas, donde caía la mayor parte de esos elementos.

Como consecuencia de ese enfrentamiento, por lo menos cuatro personas resultaron con heridas y fueron trasportadas, visiblemente ensangrentadas, según pudieron constatar los periodistas apostados en la conmocionada zona de vestuarios. El más afectado fue un hincha que cayó desde la bandeja alta.

La pelea se originó a raíz de que desde la bandeja superior, el sector “Los de Siempre”, increpó a los ocupantes de la baja, la “20 de Junio”, acusándolos de ser los responsables de haber arrojado el artefacto explosivo.

El escándalo se completó con las reiteradas denuncias de dirigentes y cuerpo técnico de Estudiantes, que calificaron de “desastroso” el operativo policial, debido a que el micro que trasportaba a los jugadores del equipo blanquinegro fue atacado con proyectiles y robado al quedar en medio de centenares de hinchas del equipo rival. (DyN)
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