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 sábado, 02 de junio de 2007  
Viajeros del Tiempo
Rosario 1905/1910

Guillermo Zinni / La Capital

Huelga de rodados: no se salvan ni los muertos. Continuó ayer la huelga de rodados, con el agravante de la suspensión del servicio de tranvías. No recordamos un día en que la ciudad del Rosario haya presentado un aspecto tan desconsolador como ayer. Nunca se produjo una paralización tan general y completa de rodados como la originada por esta huelga. Tanto en los barrios centrales como en los apartados, el vecindario se agolpa en las puertas de las casas o se agrupa en las esquinas mirando a lo largo de las calles mudas, como si presintiera la producción de algún grave acontecimiento. El espíritu público está impresionado y alarmado con estos sucesos que quitan a la ciudad sus rasgos característicos de movimiento, animación y vida. Mientras tanto, la policía detuvo al huelguista Antonio Martín porque se encontraba fijando sobre la pared de la esquina de 9 de Julio y Paraguay un manifiesto en el que se incitaba a los obreros a mantenerse firmes en su actitud y se hacía un llamado a toda la población para que apoyen el movimiento. Además, de esta huelga no se salvan ni los muertos; le preguntamos al dueño de una conocida cochería cómo hacían para atender a los servicios fúnebres y nos contestó: “Es imposible. Los cocheros se niegan a salir. Unos, muy pocos, por temor; y otros, los más, porque son huelguistas convencidos que entienden defender sus derechos”. De todos modos, no todo son rosas en estos hechos: en la mañana de ayer los huelguistas apedrearon un coche del tranvía eléctrico cuando pasaba a la altura de Pellegrini e Italia. Los huelguistas también la emprendieron contra una jardinera destruyendo todas las botellas que se encontraban en ese vehículo y bajando a golpes a su conductor el que, aunque estaba armado, no pudo hacer uso de su revólver. Un jovencito que manejaba un tilbury por Córdoba y Corrientes fue bajado de un soberbio bofetón por un individuo que se desprendió de un grupo estacionado en la esquina.

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Fuente: La Capital
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