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martes,
29 de
mayo de
2007 |
Financiamiento de la salud
Anteayer, en el suplemento de Economía, en un artículo titulado "La nueva agenda de la economía de la salud", se deslizan algunas imprecisiones que me permito señalar, pues desnaturalizan algunos aspectos del financiamiento de la salud. El área política de Salud del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec) desarrolla un gráfico en la página 6 donde se aprecia que el tesoro provincial a través de impuestos directos y retenciones financiaría el Pami, lo que constituye un equívoco, habida cuenta que la ley nacional N° 19.032 (que creó dicha entidad) no contempla que su financiamiento se haga con esos recursos. Por el contrario el Pami, que es una entidad pública nacional, se financia fundamentalmente por aportes y contribuciones de los trabajadores activos y sus empleadores y no depende de aportes del tesoro provincial. También se incurre en un yerro fundamental cuando en la misma infografía se señalan como recursos de las obras sociales nacionales, los provenientes del tesoro nacional, toda vez que, como bien se conoce, las leyes 23.660 y 23.661 establecen que el financiamiento de estas organizaciones se opera través de aportes y contribuciones de los trabajadores activos y sus empleadores es decir exclusivamente del sector privado. Sin embargo, el mayor desacierto, a mi criterio, estriba en la afirmación de que en los hospitales públicos, ya sean nacionales o provinciales, las erogaciones para proveedores o prestadores de salud, tienen un presupuesto fijo por prestación o demanda y no por oferta que es lo que realmente ocurre. Por el contrario, en los hospitales privados, clínicas y sanatorios, su mayor exigencia de financiamiento se realiza por demanda y las prestaciones se realizan por acto médico y en menor medida por cápitas y módulos. También creo necesario precisar que la cobertura de salud a través del sector público, es universal, es decir que abarca el 100% de la población (en términos puros y no en la práctica); a mayor abundamiento, cabe expresar que la cobertura de la población de carenciados, indigentes, trabajadores en negro y personas sin trabajo, dispone como única alternativa de atención los sistemas de salud el sector público. Agrego que este sector a marzo de 2007 aproximadamente representa un 34% de la población. En cuanto al texto en materia de salud los criterios son muy opinables de acuerdo al sitio donde se lo analice, sin embargo a pesar de la fragmentación de la salud del modelo argentino, éste puede mejorarse notablemente a través del cumplimiento de las leyes vigentes y con un avance hacia aquellos sistemas que todavía necesitan de una mayor regulación y normas reglamentarias adecuadas a las características de cada sector. Por último, quisiera señalar que el señor Ricardo López, presidente de la Federación Argentina Entidades Solidarias de Salud, comete un equívoco al manifestar que el sistema argentino de salud entra en emergencia sanitaria en el año 2002 finalizando en diciembre del 2004; la "Emergencia Sanitaria Nacional" todavía está vigente (hasta el 31 de diciembre de 2007), habida cuenta de las múltiples asimetrías e inequidades que en materia de financiamiento vienen incurriendo los financiadores (Pami, obras sociales sindicales, de empresarios, de nivel superior, obras sociales provinciales y las prepagas) respecto de los prestadores, ya sean médicos o establecimientos de salud, lo que repercute directamente en los usuarios y beneficiarios del sistema.
Dr. Roberto Lisandro Villavicencio
DNI 4.707.204
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