Homenaje a dos años del accidente en el parque Norte

Familiares y amigos de Ursula Notz, Carla Alfaro y Nayib Abraham plantaron árboles y flores

“Quien se entrega a la tristeza renuncia a la plenitud de la vida”. La frase quedó grabada en una placa de madera que acompaña a uno de los tres árboles que se plantaron ayer en el parque Norte (Santiago y Rivadavia). Allí, familiares y amigos realizaron un emotivo homenaaje a Ursula Notz, Nayib Abraham y Carla Alfaro, las tres víctimas (las dos primeras fatales) del accidente que provocó hace dos años el joven Matías Capozucca al manejar a alta velocidad y alcoholizado. Bajo el lema “El alcohol al volante, mata. Verdad y justicia. No olvidamos”, también se plantaron más de mil flores de cartulina rosa y se pidieron “sanciones severas” por parte de la Justicia.

Mónica, la madre de Ursula, es quien eligió la frase para uno de los tres árboles ginkgo biloba que se plantaron, y fue también el motor de este recordatorio que comenzó el fin de semana con el reparto de volantes con la foto de su hija y de Carla. “Basta de tristeza. Queremos que de ahora en más todo lo que hagamos por Ursula tenga algo de alegría”, dijo la mamá, quien agregó que está conforme con la causa judicial y anticipó que en breve el municipio le otorgará el padrinazgo de la plazoleta del Aguaribay, ubicada en Oroño al 1500. “Sucede que allí jugó siempre Ursula, allí aprendió a caminar”, recordó.

Teresa y Leonardo, la madre y el hermano de Carla, no están tan conformes con los pasos judiciales. Visiblemente conmovidos dijeron que la joven —quien anteayer cumplió 18 años— se está recuperando “muy lentamente”.

“Hace aproximadamente un año pesaba 30 kilos, ahora pesa 44, supuestamente escucha y ve, y además está respondiendo a ruidos”, precisó su acompañante terapéutica, Marisa Santoyo.

El acto fue breve. La madre de Ursula recibió el saludo de la de Nayib y ahí mismo quedaron en reunirse en un café para trabajar en adelante “más unidas”, según dijeron. Se acercó a ellas la titular de Tránsito municipal, Hebe Marcogliese, quien aclaró que lo hacía “como madre”, porque sus hijos se conocían. Y no faltaron abrazos y llantos de dolor, sobre todo tras la lectura de una carta que le dedicó Lucila, una amiga de teatro de Ursula, a todos los presentes.

El mejor amigo y la mamá de Ursula plantan uno de los árboles.