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miércoles,
23 de
mayo de
2007 |
El hada de los ojos
Había una vez una escuela donde dos niños que nadie sabe bien por qué no podían ver la vida como la mayoría. Confundían letras, números y les era muy difícil alcanzar los aprendizajes, no sólo porque no podían ver, sino porque desconocían que esto ocurría... Alguien dijo: ¿qué podemos hacer por ellos? Hablemos con los papás... Pero nada se solucionó... Pidamos que los hagan atender... Pero esto tampoco pasó... Hasta que un día se unieron un montón de voluntades y la realidad de estos pequeños pudo cambiar. Hubo una maestra que pudo hacer el contacto con un hada conocida como "la especialista de ojos". Ella fue capaz de darle un nombre a esto que provocaba que la visión de nuestros amiguitos no fuera igual que la de los demás. Y no conforme con haber realizado el diagnóstico, sacó su varita, que no era mágica, sino que era una varita solidaria y realizó lo que otros no pudieron o no quisieron. Consiguió para cada uno de ellos unos anteojos bellísimos que devolvieron la luz, nitidez y color a la vida de los protagonistas de esta historia. Hubo una maestra que prestó su tiempo para acompañarlos hasta el castillo del hada de los ojos para que pudiesen probárselos y así realizar los últimos ajustes. Y así fue como estos niños lograron ver y seguramente lograrán aprender, comerán perdices y vivirán felices, sabiendo que siempre existe la posibilidad de que un hada se cruce en su camino y los ayude a cambiar su destino. Cualquier parecido con la realidad es totalmente intencional. El hada de los ojos se llama Anahí Brasca, es óptica contactóloga, matrícula 0227. Lo único que quiero demostrar con estas líneas es que la gente solidaria existe, aunque rara vez ocupe las tapas de los diarios, porque las buenas acciones se hacen, no se proclaman. ¡Gracias Anahí!, en nombre de la Comunidad Educativa de la Escuela Nº 659 General San Martín.
Nélida González
directora de la Escuela Nº 659 General San Martín
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