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 sábado, 12 de mayo de 2007  
Lo persiguen hasta la escuela y lo golpean
Un incidente futbolero a bordo de un colectivo derivó en brutal agresión contra un chico de 18 años

"Lo que pasó me dio mucha bronca. Los pibes se la agarraron conmigo y yo nada que ver". De la tarde negra que le tocó vivir el jueves, cuando fue atacado a golpes por dos muchachos en la Escuela Técnica 632, a Gonzalo le quedaron como recuerdo un cuello ortopédico y varios chichones. El muchacho, de 18 años, intercedió por la agresión a un menor y fue corrido dos cuadras. Ya en el colegio, fue perseguido por varias aulas, acorralado y golpeado con una silla en la cabeza.

Gonzalo es el mayor de cuatro hermanos y cursa el primer año de electricidad en la escuela que fue escenario de la golpiza. Hasta ese lugar viaja todos los días durante 45 minutos en el 107 rojo desde su vivienda en un Fonavi de la zona sudeste de la ciudad. El jueves no fue la excepción. Cuenta que se subió al ómnibus y se acomodó en el último asiento, junto a la puerta trasera. Todo fue normal hasta que en Corrientes y Pellegrini subieron tres muchachos que cantaban por Newell's. "Eran pibes que estaban bien vestidos. Con ropa careta. Iban excitados y cantando", recordó Gonzalo.


Molestos
Jodían a los pasajeros unos 40 y al chofer pero nadie les decía nada Así hasta que se subió un pibito con un gorrito de Central explicó Gonzalo El nene se sentó a mi lado y empezaron a bardearlo hasta que se cansó y los encaró ¿ Qué les pasa les dijo Cuando los locos estos se bajaron en Urquiza y Ovidio Lagos escupieron por la ventanilla en la que estaba sentado yo Y ahí arrancó todo porque yo les pregunté ¿ qué pasa y me miraron feo contó

Y todo fue de mal en peor. Tras la recriminación, Gonzalo se bajó en la parada siguiente para ir a la escuela. "Cuando los pibes vieron que me había bajado, dos de ellos empezaron a correrme. Encaré para el lado de la escuela. Me metí en un salón y apagué la luz. Escuchaba como me seguían. Entonces me escapé hacia la dirección de la escuela. Ahí estaba la secretaria hablando por teléfono", rememoró. "Cuando vi que me iban a pegar, les tiré con una silla. Y fue ahí que sentí como me partían otra silla de madera en la cabeza. Y después me siguieron dando en el suelo", explicó Gonzalo.

"La secretaria salió del lugar buscando ayuda y mientras tanto me seguían dando en el piso. Hasta que se fueron habrán pasado cinco minutos", precisó el joven. Mientras los agresores huían, llegó un móvil policial en el que cargaron a Gonzalo y lo llevaron al hospital Centenario donde fue asistido. "Si los vuelvo a ver los reconocería sin problemas. Estoy seguro de que uno de ellos debe vivir cerca de donde se bajaron", especuló Gonzalo. l
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