Scarabino reasumió la presidencia de Rosario Central

Cinco meses y una semana después de haber dejado la presidencia, Pablo Scarabino retomó el poder en Rosario Central de la forma más impensada y traumática. Tuvo que ser una resolución judicial la que determinara cómo seguir esta película de enfrentamiento y acusaciones cruzadas dentro de una comisión directiva que ganó las elecciones en setiembre último. Y con ese mapa político resquebrajado, el titular canalla intenta desde ayer la difícil tarea de reconstruir, en un marco donde lo que más preocupa es la faz económica y lo inmediato a determinar es el destino del pagaré de 1.440.000 euros habría liberado hace poco por la jueza Liliana Giorgetti, a cargo del concurso de acreedores canalla.

  Después de sortear un par de trámites judiciales, Scarabino asumió ayer a la mañana en la sede de calle Mitre, acompañado de un oficial de justicia y de los cinco vocales suplentes indispensables para conformar la nueva comisión, que luego de una reunión vespertina se transformaron en directivos titulares.

  Con la presencia de dos veedores de Fiscalía de Estado y de dos escribanos para darle marco de autenticidad a la reunión, ya que faltaba el libro de actas (lo cual fue denunciado), quedó así definida la nueva comisión: Pablo Scarabino presidente, Oscar Salcedo vice 1º, Miguel Angel San Martín tesorero, Jorge González protesorero, Marcelo Faziano secretario y Pablo Franco prosecretario.

  Antes, al mediodía, Scarabino fue a la práctica de Palos Verdes para avalar el trabajo de Carlos Ischia y en la faz deportiva sólo le quedó pendiente resolver la continuidad de Luis Soler al mando de las inferiores canallas.

  Definidas esas cuestiones, el mayor problema que afronta Scarabino son los recursos económicos. Y en ese sentido está siguiendo la ruta del dinero del pagaré de 1.440.000 euros (del Real Madrid, derivado por River Plate por las compras de Ruben, Villagra y Ojeda) que la jueza Giorgetti le liberó a los directivos suspendidos.

  El titular canalla creía a principios de semana que no fue cobrado, lo cual fue avalado por algunas fuentes consultadas por Ovacion, pero ahora no está seguro y por lo pronto aseveró que se encontró con un caos administrativo que le impide saber con certeza su destino.

  Así inició Scarabino la gestión dentro de la gestión, además en un lógico contexto de credibilidad jaqueada, y donde la comisión suspendida y la oposición no se quedarán de brazos cruzados. El futuro ya llegó. l

Scarabino, en el despacho presidencial.