Cuestión de derechos: el acceso a la alimentación sana

Gorditos y de baja talla, así son los chicos de hoy en la Argentina. La causa son los problemas de malnutrición que derivan, entre otros factores, del desconocimiento de cómo encarar una alimentación saludable y hacerla valer como un derecho. La escuela juega un papel clave.

El tema fue el eje de trabajo en un encuentro educativo realizado el martes pasado y que reunió a más de 100 docentes de Rosario y la región. Fue organizado por el Servicio de Nutrición del Hospital Víctor J. Vilela, la Dirección de Educación municipal y el Programa “El diario en el aula” de La Capital y contó con los auspicios de los Programas Despacio Escuela (Radio Dos) y Areaeducativa (Canal 4).

Jorge Perochena, el médico pediatra responsable del Servicio de Nutrición del Hospital Vilela fue el primero en advertir a los docentes sobre la necesidad de pensar la problemática de la alimentación sana como un derecho. El pedido lo enmarcó en los mismos derechos que tienen los niños (de acuerdo a los establecido en la Convención) a tener una vida sana y disfrutar de la misma.

La charla fue didáctica, pero sobre todo movilizadora a pensar en una buena alimentación y al acceso al agua potable derechos ciudadanos, y a reclamar a los estados (municipal, provincial y nacional) un papel activo en la protección de lo que la población consume.

Entre los ejemplos que eligió el médico pediatra para ahondar en este complejo panorama, figuraron las tentaciones diarias a la que se exponen a los chicos cuando meriendan frente al televisor y las propagandas de golosinas y de cadenas de comidas rápidas son moneda corriente. Un debate que definió tan difícil como necesario de dar desde la familia y la escuela.

Para ser más gráfico de la desnutrición oculta que afecta a la infancia argentina expuso una serie de datos alarmantes (el 50 % de los niños pobres menores de 2 años es anémico o bien que el 40 % de los preescolares no cubre la ingesta recomendada de vitamina A) y resaltó que “el mayor problema que enfrentan los niños de la Argentina de hoy es la disminución de talla y el aumento de peso”. Esto es para el especialista, una de las consecuencias de la falta de equidad: “Tenemos todo para asegurar una política de seguridad alimentaria, sin embargo no todos acceden a una alimentación socialmente aceptable, variada y suficiente”.

Por eso al final, invitó a trabajar desde la escuela y como ciudadanos sobre la pregunta “cómo se distribuyen los recursos alimentarios en la Argentina”.

Durante la charla, las preguntas y comentarios de los docentes se orientaron a conocer qué se puede hacer desde las aulas, en especial en realidades marginales, o en aquellas (responden a todas las clases sociales) donde los alumnos no desayunan o lo hacen con golosinas de todos los colores. La preocupación por la falta de actividad física y que ésta sea vista como una prioridad, en particular cuando se piensa en derechos, bienestar y la salud de la infancia, fue otra de las inquietudes que llevó una profesora de educación física al encuentro.



Tarea didáctica



Mariana Jerez, bachiller en ciencias médicas y especialista en educación alimentaria del Hospital Vilela, fue la encargada de sumar la cuota didáctica a la charla. Recordó que hoy una las mayores intranquilidades de los docentes pasan por los comedores y los kioscos escolares.

Entre una buena nómina de propuestas para trabajar en el aula, la especialista hizo hincapié en las “Guías alimentarias argentinas”, la versión autóctona de la conocida pirámide alimentaria que incluyen los manuales escolares. ¿Y por qué las Guías argentinas? Con sobradas razones, la educadora explicó que éstas traducen las necesidades nutricionales de la población argentina, ya que fueron elaboradas por nutricionistas de todo el país.

Los interesados en recibir información o asesoramiento sobre cómo encarar un proyecto de trabajo sobre alimentación sana desde la escuela, pueden escribir al email: [email protected]