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jueves,
10 de
mayo de
2007 |
Más de 10 mil hectáreas siguen anegadas en Carlos Pellegrini
Después de 40 días de las grandes lluvias el agua aún está estancada en una amplia zona
Luis Emilio Blanco / La Capital
Carlos Pellegrini.— Una difícil situación aqueja a un grupo de vecinos que poseen campos ubicados en la zona rural de esta localidad del centro-oeste santafesino y están bajo agua desde fines de marzo, cuando la región central del país se vio afectada por abundantes precipitaciones. En el sector productivo emplazado en el cuadrante sudeste de la intersección de las rutas provinciales 66 y 20 se ve un espejo de agua de grandes dimensiones que destruyó los sembradíos de unas 10 mil hectáreas y paralizó totalmente las explotaciones agropecuarias.
Incertidumbre. A más de 40 días del meteoro, los propietarios de esas tierras siguen con incertidumbre por no hallar solución a corto plazo y por no recibir atención de parte de las autoridades provinciales.
Según relató el productor Marcelo Busso a La Capital, quien tiene unas 700 hectáreas en el sector, sus tierras nunca sufrieron inundaciones importantes y tampoco recuerda que el agua haya afectado a las tres viviendas que están dentro de su propiedad. “Sólo desbordaba el pequeño canal que está en el bajo que atraviesa nuestras parcelas e inundaba pocos metros de las márgenes, pero jamás quedó agua estancada como tras las grandes lluvias. Históricamente se inundaban unas 40 hectáreas, ahora hay 700 bajo agua”.
Tanto para Busso como para otros productores “ocurre que hubo obras en la zona que no estuvieron planificadas convenientemente. Desde distritos vecinos llegó a los campos una gran cantidad de agua y quedó embalsada por el terraplén de la ruta 66. Desde entonces está todo inundado y en algunos lugares el nivel alcanza 1,50 metro”.
Unos 600 milímetros. La cuenca de Landeta y la zona de estancia Andino recibieron un promedio de precipitaciones que osciló entre más de 500 y 600 milímetros en pocos días. Ese caudal drenó aguas abajo —en muchos casos hubo construcción de canales clandestinos para acelerar el proceso— y derivó hacia la margen de la ruta 20. Para seguir hacia el este y continuar el curso natural, el agua debe pasar por un alcantarillado de unos 24 metros cuadrados y tomar rumbo norte. A pocos kilómetros está la ruta 66 —sentido este-oeste— cuyo terraplén contiene el avance del agua y sólo deja pasar un bajo caudal por una alcantarilla de 4,60 metros cuadrados.
“Lo grave de la situación es que no sabemos cuándo podremos ingresar a los campos. Nos inutilizó totalmente un tambo de 14 mil litros diarios, tuvimos que sacar 1.200 animales por la ruta y perdimos toda la cosecha”, dijo Busso.
Para el productor, “la situación es muy injusta porque las autoridades de Asuntos Hídricos nos dicen que no se puede liberar el agua para no perjudicar a otros, pero la masa hídrica que ingresó a nuestros campos viene de zonas que están más arriba. El agua tiene que seguir su curso y no tenemos por qué soportar que una ruta oficie de dique, porque seguro los sistemas de drenaje no fueron bien proyectados”.
Ruta 66. Recientemente colapsó otra vez un tramo de la ruta 66 a cinco kilómetros al oeste del cruce con la 13 por el agua a ambas márgenes de la calzada. Tras el temporal de fines de marzo una alcantarilla cedió por la erosión y el 12 de abril las autoridades instalaron un puente Bailey que permitió normalizar el tránsito. Luego de nuevas roturas en zonas cercanas, las autoridades comunales, los Bomberos Voluntarios de Pellegrini y la sede El Trébol de Vialidad provincial trabajaron compactando el área y para evitar cortes de la carretera.
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