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jueves,
10 de
mayo de
2007 |
Tensión en la disputa entre Brasil y Bolivia
Lula advirtió a Evo Morales que "no obstaculice" las negociaciones por dos refinerías
Brasilia/La Paz. — El presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, advirtió ayer a su par boliviano, Evo Morales, que no “obstaculice” las relaciones bilaterales, que volvieron a tensionarse a raíz del diferendo en torno a dos refinerías que posee la empresa brasileña Petrobras en el país andino. Bolivia ofertó pagar 60 millones de dólares por las refinerías de Cochabamba y Santa Cruz, operadas desde 1999 por Petrobras, mientras que la compañía habría pedido, según trascendió, 112 millones.
En una entrevista con la revista Terra Magazine, Lula dijo que “durante mucho tiempo se miró a Brasil como si fuera un país imperialista. Y nosotros no queremos ser imperialistas, no queremos una relación hegemónica. Queremos una relación de asociación”.
Al ser preguntado sobre el diferendo en torno a las refinerías de Petrobras, Lula afirmó que ese problema no puede afectar a las relaciones entre los dos países, pero afirmó que, de haber una ruptura del contrato hoy vigente entre la empresa y el gobierno boliviano, “Petrobras irá a los foros internacionales para luchar por sus derechos”.
“Yo entiendo el discurso de Evo para el pueblo boliviano. Pero él tiene que tener en cuenta que hay socios. Y que, por lo tanto, el discurso que él haga para su gente no puede obstaculizar una relación histórica entre Brasil y Bolivia”, afirmó.
Por su parte, las autoridades bolivianas insistieron ayer ante ejecutivos de Petrobras en un “precio justo” por la recompra de las refinerías, adelantó el vocero del gobierno, Alex Contreras. Bolivia también rechazó que la empresa imponga plazos para la negociación.
Cifras y versiones. Según informes de prensa, Petrobras habría solicitado 112 millones de dólares al gobierno boliviano por las dos refinerías, una cifra sustancialmente inferior a los alrededor de 200 millones que inicialmente pedía la empresa, pero superior a los 60 que ofrecía el gobierno boliviano, según había revelado la semana pasada el vicepresidente Alvaro García Linera. Ayer por la tarde trascendió que se había llegado a un acuerdo por 110 millones, pero esta información fue desmentida por la compañía.
Petrobras compró las refinerías al Estado boliviano por 104 millones de dólares, e invirtió más de 19 millones de dólares en ellas, según la compañía. Las pequeñas refinerías, que producen entre 40.000 y 60.000 barriles diarios de crudo, cubren casi toda la demanda interna boliviana. Su recuperación fue establecida como uno de los objetivos de la nacionalización del sector decretada por Morales el año pasado.
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El gobierno de Evo Morales pretende pagar 60 millones de dólares por dos refinerías de Petrobras, pero la empresa pide 112 millones.
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