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miércoles,
09 de
mayo de
2007 |
Unos 250 silbatos para
quejarse de las grúas
La Comuna impulsó la protesta en pleno microcentro. A pesar del pudor, la gente se sumó
No eran árbitros de fútbol, ni celebraban un cumpleaños o una despedida de soltero. Quienes en la gélida mañana de ayer se dedicaban a pitar silbatos en la céntrica esquina de Corrientes y Córdoba eran quienes consideran "un atropello" que los inspectores de tránsito se lleven los autos al corralón sin previamente hacer sonar los pitos dos veces, tal como lo indica la ordenanza vigente. "Me da un poco de vergüenza a mi edad, pero si esto hace falta para que nos oigan, soplo y bien fuerte", dijo María Elena Sánchez, quien se sumó a la ruidosa protesta impulsada por la Asociación Civil La Comuna.
Los integrantes de la entidad fueron los encargados de llegar a la tradicional esquina de la ciudad munidos con bolsas de silbatos. Más de dos centenares de pitos, que se repartieron entre los transeúntes para que se sumaran a la original y, sobre todo, ruidosa protesta.
La Comuna ideó la bulliciosa manifestación tras las reiteradas denuncias que recibió de personas que argumentaron que les llevaron los coches al corralón sin previo aviso.
Frente a esto, integrantes de la asociación salieron a comprobar los reclamos in situ. Y durante dos meses, se apostaron en Santiago entre 9 de Julio y 3 de Febrero, donde habitualmente la grúa les llevaba "improcedentemente" el auto, según las quejas, a quienes esperaban la salida de alumnos del jardín de infantes de la Familia Abruzzesa.
"Comprobamos que la gente estaba en lo cierto -dijo el director de La Comuna, Fernando Leva-, se llevaban 5 autos por día a un valor de 52 pesos por unidad en infracción; una acción que al menos denota un afán recaudatorio".
Y, encima, contradice la ordenanza que entró en vigencia hace dos años y establece claramente el proceder que debe seguir un inspector de tránsito en caso de que identifique un vehículo mal estacionado u obstruyendo algún ingreso. Según la norma, el agente debe hacer sonar su silbato dos veces alertando al conductor en falta antes de remitir el vehículo al corralón.
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Fotos
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A soplar. Los transeúntes se entusiasmaron con la singular propuesta lanzada por la ONG, ayer en Corrientes y Córdoba.
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