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martes,
08 de
mayo de
2007 |
¿Machista...? bueno, acepto
Patético y repetitivo es el cuadro de padres varones al cuidado de niños de 1 ó 2 años, el niño irascible angustiado llorando o al borde del llanto y el padre tratando infructuosamente de calmarlo. ¿Y… la madre, dónde está? En el mejor de los casos tratando de contribuir con unos pesos a la desequilibrada balanza familiar o lo más frecuente, un matrimonio en conflicto o una mujer picada por el iluminante estigma de la liberación que ha logrado deshacerse, al menos por un momento, del alienante, esclavizante y a veces degradante rol de madre. En la primera de las circunstancias el ingreso por el trabajo fuera del hogar apenas llega a superar el sueldo que se le paga a la mujer que la reemplaza en el rol de madre, pero claro… con un estatus social jerarquizado. Hace unos años no se concebía un niño menor de 4 años sin su madre al lado. Parece que las nuevas tendencias echan por tierra el valor de la maravillosa aptitud de la mujer para ser madre, para lo que la evolución la preparó por millones de años.
Carlos A. Biagioli, [email protected]
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