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 sábado, 05 de mayo de 2007  
Estudiantes de la UNR piden más participación en el cogobierno
La representación de los claustros en la vida académica es pilar de la reforma del 18

Matías Loja / La Capital

Pasada ya la conflictiva renovación de decanos en las 12 facultades de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), antesala de la elección del rector en la institución rosarina, distintos debates se han desatado en las últimas semanas alrededor del ejercicio y representación estudiantil en el cogobierno universitario.

Pilar de la Reforma del 18, la participación de los distintos claustros en la conducción de las casas de altos estudios es materia de análisis no sólo a nivel local, sino también en varias universidades del país. De hecho, la Universidad de Buenos Aires (UBA), uno de los puntos en discusión en la revisión de su estatuto es precisamente la ampliación de la participación de docentes y estudiantes en el cogobierno de la institución. Discusiones por espacios de poder que, vale remarcar, pierde sentido cuando la violencia de determinados sectores propone transformar a las universidades en un espacio de mera rebeldía juvenil.

Actualmente, los consejos directivos de la universidad bonaerense están compuestos por 8 profesores regulares (excluye a la mayoría docente), 4 estudiantes y 4 graduados.

Distinto es el caso de la UNR, en dónde los órganos colegiados que gobiernan las distintas facultades están conformados por 10 docentes, 8 estudiantes, un graduado y un no docente (incorporado este último desde la restauración democrática).

No obstante, desde la Federación Universitaria de Rosario (FUR), proponen avanzar en una mayor “democratización” de los espacios destinados al debate de la enseñanza superior. Y para ello sostienen la postura de que la Asamblea Universitaria reforme los estatutos de la UNR y que avance en el aumento de la representación estudiantil en el cogobierno, que aseguran “viene siendo vaciado de sentido por las políticas aplicadas por los sucesivos gobiernos”.

Si bien la distribución del porcentaje que le toca a cada claustro en la representación de los órganos colegiados (consejos directivos y superiores), es potestad de los estatutos de cada universidad, la vigente ley de educación superior, sancionada en 1995, señala que la representación docente no debe ser inferior al 50 por ciento del total. Disposición a la que se opone la FUR por considerar que los estudiantes, siendo mayoría de la comunidad universitaria, “quedamos en minoría en todos los órganos de cogobierno”.



Participación estudiantil



“Es posible una mayor participación estudiantil y hasta sería bueno que así fuera”, opina el especialista en educación Carlos Mazzola, docente de la Universidad Nacional de San Luis, para quien los estudiantes, al igual que los docentes, “son quienes representan a la universidad estructural y funcionalmente, y es este el sentido que debe tener el gobierno universitario, es decir, conformar una instancia de conducción que refleje los miembros como así también los propósitos de la institución”.

De todas maneras, Mazzola advierte que el claustro de los alumnos de la universidad no debería descuidar que una mayor democratización no sólo pasa por los órganos de gobierno, ya que “el reclamo por una mayor ciudadanía universitaria debería acompañarse por democratizar otros espacios tanto o mas cegados a los estudiantes, y tanto o más necesaria la participación de ellos en los mismos”.

El sistema de cogobierno, instaurado en el país por la Reforma Universitaria de 1918, se torna así en el epicentro del debate acerca de los mecanismos de participación política y académica. Acontecimiento que para Mazzola debe revisarse y replantearse, y entre otras cosas preguntarse si se ha logrado conquistar lo que los reformistas buscaban. “La reforma se propuso responder a una demanda de ingreso de amplios sectores, que logró, pero hoy hemos retrocedido nuevamente. Se propuso desplazar los cargos vitalicios, y lo logró, pero hoy estamos en una situación muy parecida”. “Se propuso sostener la autonomía para llevar a cabo sus objetivos, pero hoy sostenemos la autonomía para hacer de la universidad una institución cada vez mas endogámica y conservadora”, apunta el investigador de la universidad puntana.

Pero la creciente tensión en los claustros universitarios suele tener su pico máximo de rispidez a la hora de renovar sus autoridades. Situación ante la cual varias universidades, entre ellas la Universidad Nacional de San Luis, han decidido avanzar en la elección directa de sus máximas autoridades, aunque con voto ponderado según cada claustro. Instancia que Mazzola considera como una “muy buena salida para legitimar a quienes surgen luego de ella”, ya que dicho procedimiento tiene consecuencias muy constructivas para la institución, como es la competencia política, la trasparencia y la publicidad de proyectos”.

“También implica asumir mayores responsabilidades en cuanto al control de gastos de campaña, para evitar el financiamiento externo, como así también instituir un tribunal electoral verdaderamente autónomo y con máxima autoridad, sin tener al consejo superior como órgano revisor de sus decisiones, porque allá se mezclan los intereses y se embarra la cancha”, apunta Mazzola.
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Las elecciones en la Universidad Nacional de Rosario abrieron las discusiones sobre la participación de los alumnos en la vida académica.

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