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miércoles,
18 de
abril de
2007 |
Treinta y
tres vidas
por u$s 571
Richmond, Virginia. - El estudiante de la universidad Virginia Tech Cho Seung Hui entró a una armería de la ciudad cercana de Roanoke hace cinco semanas, presentó su tarjeta de crédito y salió con una pistola Glock de 9 milímetros y una caja de proyectiles. Pagó 571 dólares.
La Glock era una de las dos armas cortas con las huellas digitales de Cho halladas después que mató a 32 personas y luego se suicidó.
El propietario de Roanoke Firearms, John Markell, dijo que su armería vendió la Glock a Cho en marzo. El número de serie había sido borrado con una lima, pero los agentes federales descubrieron su origen gracias a un recibo que hallaron en la mochila de Cho. "Fue una venta de lo más ordinaria", dijo Markell, quien no intervino personalmente en la transacción.
Amable y pulcro
Era un chico universitario amable y pulcro No vendemos un arma si el comprador nos parece sospechoso en lo más mínimo aseguró Markell
Cho tenía la cédula verde (green card), o sea que tenía la residencia legal permanente y eso lo habilitaba para comprar un arma, siempre que no hubiera sido condenado por un delito. "Es horrible saber que el arma vino de mi negocio", dijo Markell.
Según investigaciones de la prensa, en las armerías de EEUU sólo se requieren 10 minutos para confirmar en una base de datos el historial del comprador, por lo que es muy fácil adquirir un arma.
Las autoridades también hallaron una pistola Walther calibre 22 entre los efectos de Cho, según una orden de cateo emitida por el condado de Montgomery. "La clave de todas estas matanzas es la facilidad de acceso a potentes armas de fuego", dijo Daniel Vice, abogado de la Campaña Brady de Prevención de la Violencia con Armas. "No se pueden efectuar estas matanzas con bates de béisbol o cuchillos", recalcó.
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