|
lunes,
16 de
abril de
2007 |
Un sueño que se hizo realidad
Sin saber exactamente dónde se había enarbolado la bandera nacional por primera vez, un vecino de Rosario, Nicolás Grondona, propuso ya en 1872 que se erigiera un recordatorio. La idea era construir un monolito en Rosario y otro en las islas. Años más tarde, el hombre logró levantar una pirámide en El Espinillo (que tiempo después se llevó una crecida), pero no llegó a concretar su proyecto en la ciudad.
En 1910, con el primer aniversario de la Revolución de Mayo, el gobierno contrató a la artista tucumana Lola Mora para que llevara adelante la iniciativa. Desde Italia la escultora fue enviando sus obras, pero en 1928 se le rescindió el contrato y el conjunto monumental no se concretó. Ese mismo año se llamó a un concurso de anteproyectos, pero al no colmar éstos las expectativas del jurado el certamen se declaró desierto.
Once años después, la Comisión Nacional del Monumento a la Bandera volvió a lanzar un concurso, y esta vez los participantes alcanzaron un alto nivel. De doce presentados, resultó electo el que contaba a Alejandro Bustillo y Angel Guido como arquitectos, y a Alfredo Bigatti y José Fioravanti como escultores.
Las obras comenzaron en 1943 y concluyeron, con sucesivas dificultades, 14 años más tarde. La construcción -de cuya dirección no participó Bustillo- sufrió demoras primero por la provisión de materiales y luego por recurrentes problemas económicos.
Finalmente, durante el gobierno del presidente de facto Pedro Eugenio Aramburu, el 20 de junio de 1957 una multitud asistió a los festejos con que el Monumento Nacional a la Bandera quedó inaugurado en Rosario.
enviar nota por e-mail
|
|
|