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 martes, 20 de marzo de 2007  
Un juicio testigo en EEUU abre el debate sobre la inmigración
Un Investigador de Harvard sostuvo que los trabajadores hispanos deprimen los salarios

Scranton, Pensilvania. — Un economista especializado en temas laborales afirmó que la inmigración tiende a deprimir los salarios de los trabajadores legales menos calificados, durante un juicio que es un caso testigo sobre inmigración en Estados Unidos. El tribunal debe determinar si un municipio puede tomar medidas en materia inmigratoria, que son en principio de la órbita federal.

  George Borjas, un economista de la Universidad de Harvard partidario de políticas de inmigración duras, realizó un estudio de 20 años que encontró que los salarios de trabajadores no capacitados nacidos en Estados Unidos bajaron cerca de un 8% en el corto plazo debido a la mano de obra a menor precio que ofrecen los inmigrantes.

  Borjas efectuó sus declaraciones como testigo en un juicio por una serie de medidas aprobadas en la ciudad de Hazleton para combatir la inmigración ilegal. La ciudad, del estado de Pensilvania, está defendiendo la constitucionalidad de una normativa que penaliza a quienes alquilen viviendas a inmigrantes ilegales y a las empresas que los empleen. La disposición municipal exige que los inquilinos se registren en la municipalidad.

  La Unión de Libertades Civiles de Estados Unidos y algunos grupos de hispanos sostienen que las normas municipales de Hazleton usurpan el poder exclusivo del Estado nacional sobre políticas de inmigración, generan divisiones entre blancos e hispanos en la ciudad, de 31.000 habitantes, y causan problemas económicos a los empresarios y propietarios hispanos.

  Los abogados de la ciudad pidieron a Borjas —de origen claramente hispano— que ofreciera una justificación económica para implementar las polémicas normas, que han alentado esfuerzos similares en otros sitios del país.



Legal o ilegal. La investigación del académico de Harvard no distingue entre inmigración legal o ilegal, pero el experto manifestó que los inmigrantes indocumentados probablemente reducen aún más los salarios porque “intentan obtener trabajo por un salario menor que el que obtendrían si fueran trabajadores autorizados”.

  Si Hazleton expulsa a los inmigrantes ilegales, dijo, “la demanda de trabajadores ilegales bajaría, y eso podría, en el corto plazo, incrementar los salarios”.

  Las conclusiones de Borjas han sido desafiadas por otros economistas, que sostienen que ha exagerado el impacto real de la inmigración sobre los salarios.

  El juicio sobre las normas de Hazleton, el primero que examina las iniciativas municipales en EEUU para frenar la inmigración ilegal, debe concluir esta semana. l
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