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martes,
20 de
marzo de
2007 |
Haz lo que yo digo, pero no lo que hago
Somos un grupo de infelices propietarios de departamentos ubicados en Dorrego 1304, justo enfrente del Colegio Sagrado Corazón de Jesús y el Colegio San Miguel de Garicoitz. Entendemos perfectamente que una institución como un colegio produce ruidos que son incontrolables, como el de los niños jugando en el patio. Pero no podemos comprender por qué, a pesar de que ya intentamos dialogar con las autoridades del colegio, todas las mañanas a las 8 se empeñan en hablar, poner música y hasta cantar el feliz cumpleaños por alto parlante, a un volumen tan elevado que se escucha desde absolutamente todos los pisos del edificio. Todo esto se complementa con el timbre de larga duración y un volumen muy elevado, inclusive los sábados y domingos en cualquier horario. Muy sorprendidos hemos quedado con la respuesta de las autoridades del colegio cuando intentamos plantear la situación para que juntos veamos de encontrar una solución que fuese de utilidad para ambas partes. Su respuesta fue que el colegio se encontraba allí desde hacía 105 años. ¿Acaso el estar allí con anterioridad a la construcción de nuestro edificio y de otros de la zona, le otorga más derechos o le da permiso para no respetar al prójimo? ¿No debería una institución como un colegio predicar con el ejemplo y respetar las normas de convivencia? ¿Por qué las autoridades deciden hacer oídos sordos al planteo de vecinos y todos los días llevar adelante una conducta que bien saben está molestando a muchas personas?
Rodrigo Robás (por el Consorcio Edificio Scala 14, Dorrego 1304)
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