Caos en el centro: los taxistas salieron a protestar

Se quejan de la demora en el ajuste de la tarifa. Hubo insultos, huevazos y bombas de estruendo

Una manifestación de taxistas desató ayer por más de tres horas un verdadero caos en pleno centro de la ciudad. Quemaron neumáticos, arrojaron miles de panfletos y trabaron el tránsito en distintas calles. Como si esto fuera poco, se trenzaron en más de una oportunidad en una seguidilla de insultos con peatones y hasta con colegas que no se plegaron al reclamo. Y como corolario agredieron a dos reporteros gráficos de La Capital que no hacían más que cumplir con su trabajo (ver aparte).

El grupo había decidido movilizarse para manifestar su malestar por la demora en la implementación de un aumento en la tarifa y en rechazo a la incorporación de las ya otorgadas 500 nuevas chapas.

Se vivieron momentos de tensión con otros tacheros que no se plegaron al reclamo y con usuarios que reprocharon la metodología de la medida, que culminó en Sarmiento y Córdoba. Durante casi todo el día escasearon las unidades en las calles.

Todo comenzó a partir de las 9, cuando las cámaras que nuclean a los dueños de los de taxis se reunieron en Oroño y Rivadavia para repudiar el demorado aumento de la tarifa y rechazar la incorporación de nuevas chapas.

Allí criticaron un estudio de costos oficial y pidieron que se avance en un estudio integral del sistema de transporte. "Nunca se reunió la comisión convocada por el propio municipio para avanzar en este sentido", espetaron los los taxistas.


Una protesta caliente
La calentura arrancó temprano Sobre Oroño y Rivadavia quemaron cubiertas y arrojaron huevos a sus colegas que circulaban con pasajeros Cerca de las 10 los autos se movieron por distintas calles para unirse nuevamente frente a la Municipalidad en Buenos Aires y Santa Fe donde los insultos hicieron foco en la figura del intendente Miguel Lifschitz

En la esquina de Laprida y Santa Fe, en tanto, quemaron cubiertas y cortaron el tránsito. La doble y hasta triple hilera de taxis invadió el centro y las calles Córdoba, Santa Fe, Laprida y Buenos Aires quedaron saturadas de estas unidades. A esa altura también seguían los huevazos contra quienes habían decidido seguir trabajando.

Cerca de las 12 la columna partió al corazón del microcentro. Siempre lanzando miles de volantes con sus reclamos, se dirigieron por Sarmiento hacia Córdoba y detuvieron sus coches frente al edificio de La Capital, donde lanzaron huevazos y quemaron cubiertas.

La protesta generó temor entre los peatones y comerciantes por la explosión de las bombas de estruendo arrojadas directamente al fuego. La cortina del denso humo que despedían las cubiertas ahogó a más de una persona.

"Vayan a trabajar manga de vagos", les gritó una mujer mientras cruzaba la calle junto a dos adolescentes. La respuesta no se hizo esperar: una bomba le explotó a pocos metros.

En la esquina de Sarmiento y Santa Fe no fueron pocos los rosarinos que les reclamaron a los tacheros por el caos que estaban ocasionando. Hasta el mismo dueño del tradicional bar El Cairo le pidió explicaciones a José Iantosca, miembro de la Cámara de Titulares de Licencias de Taxis de Rosario (Catiltar).

A pocos metros, el presidente de la Asociación de Titulares de Taxis Independientes (Atti), Mario Cesca, miraba la situación. "Yo entiendo a la gente, pero acá debería estar el intendente dando explicaciones, o la secretaría de Servicios Públicos, porque ellos generaron esto", remarcó.

Consultado por este diario, Iantosca esgrimió que la parada que hicieron los taxis en Sarmiento y Córdoba para quemar cubiertas y arrojar bombas de estruendo "fue espontánea". Treinta segundos después, cuando un compañero le dijo "el chiquero ya lo hicimos", el dirigente remarcó: "Está de diez muchachos, pero yo quiero que el lunes estemos todos en el Concejo".

El lunes será una jornada movida, ya que los taxistas volverán a manifestarse, esta vez frente al Concejo Municipal, donde la comisión de Servicios Públicos tratará el mensaje del Ejecutivo solicitando el aumento de las tarifas. l

La bronca llegó hasta la puerta de La Capital.