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miércoles,
07 de
marzo de
2007 |
Tiro: y el absurdo hasta tuvo goles
Perezlindo convirtió para Tiro a los 4' pero Huracán lo empató en el final
Elbio Evangeliste / La Capital
Y los seis minutos se jugaron. Hasta el momento en el que Alejandro Toia dio el pitazo inicial, más de un incrédulo bien pudo haberse aferrado al convencimiento de que el minipartido (dos tiempos de 3') entre Tiro Federal y Huracán (correspondiente a la segunda fecha y suspendido por falta de luz cuando empataban 1 a 1) podía ser una broma simpática. Pero no. Hubo 22 jugadores, con sus respectivos cuerpos técnicos en los bancos, un puñado de periodistas, una transmisión en vivo de la televisión (en el entretiempo de Defensores de Belgrano v. Almirante Brown), 16 hinchas de Tiro detrás de una bandera (unos 30 personas se diseminaron en las plateas), 31 de Huracán (con 9 trapos) y 50 policías pululando por el campo de juego, tribunas e inmediaciones del Coloso velando por la seguridad en el espectáculo. Potenciales elementos de un señor cuento de Roberto Fontanarrosa. ¿Faltaba algo? Tal vez. Algo así como un par de goles para meterle un toque de tensión a los 360 segundos de juego. Ni más, ni menos. Perezlindo y De Federico, los actores protagónicos. Sí, el resultado global fue 2 a 2.
"No creo que nadie intente locuras", pronosticó el técnico de Tiro, Dalcio Giovagnoli. Bueno, o los dos fueron muy osados, o son equipos propensos a cometer demasiados errores. De lo contrario es difícil de explicar el final de la historia.
El banco de Tiro explotó cuando Perezlindo aprovechó el yerro de la defensa quemera. Al ladito, el Turco Mohamed maldecía que el pedido de su club de completar el partido haya prosperado. Iban 30 segundos del segundo tiempo. Quedaban 120 segundos por jugar. Negocio redondo. Los 16 hinchas en la tribuna alta del Coloso no lo podían creer. En realidad nadie podía creerlo.
Pero la historia (o el cuento) no terminó allí. Los interminables cabezazos en la puerta del área tirolense terminaron en un centro de Ubeda al segundo palo para la entrada solitaria de De Federico. Gol. A los 2 minutos y 20 segundos. La euforia y la bronca hicieron un trueque y se cambiaron de banco.
Quedaban 40 segundos y allí sí fue imposible aportar otro simpático ingrediente. Bonito hubiese sido que Huracán facturara en la última jugada, luego de que a Toia, vaya a saber por qué motivo, adicionara un minuto.
Un dato: ni la duda acerca de si el gol del Globo fue en off side, consulta a los periodistas de la TV mediante, pudo ser evacuada porque el tiempo fue tan escueto que hasta las repeticiones de las jugadas brillaron por su ausencia. Demasiado para seis minutos...
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