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miércoles,
07 de
marzo de
2007 |
No repondrán dinero en cajeros automáticos
Los trabajadores de empresas de caudales afiliados al sindicato de Camioneros decidieron iniciar ayer un paro de actividades en reclamo de mayor seguridad, ante el asesinato de un portavalor en un asalto a un blindado perpetrado por la mañana en la ciudad bonaerense de Lomas de Zamora.
Así informó el secretario gremial del sindicato, Roberto Boscolo, quien explicó que el cese de actividades estaba en marcha y los delegados "estaban hablando con los trabajadores de las empresas".
La huelga podría provocar inconvenientes en la reposición y retiro de dinero de los bancos, con mayor incidencia en los cajeros automáticos.
Prosegur precisó en un comunicado que sus empleados fueron sorprendidos por "varios delincuentes que con armas largas y cortas los redujeron, sustrayéndoles la saca con el dinero trasladado".
La compañía añadió que "una vez producido el asalto, y sin posibilidad de reacción por parte del personal de la empresa, dispararon a uno de los custodios y al portavalor, causándoles heridas de extrema gravedad".
El portavalor Jorge Ernesto Carabajal, de 51 años, quien murió ayer a la tarde, era casado, padre de tres hijos y trabajaba en la empresa desde hacía 16 años.
La empresa, por su lado, aclaró que "ninguno de los otros dos miembros de la tripulación (el chofer y otro custodio) presentan daños físicos, y no existe constancia de que haya habido otros heridos en el público presente durante el asalto, según datos facilitados por fuentes policiales".
Voceros policiales señalaron que se hallaron vainas de Fusil Automático Liviano (FAL).
La sumatoria de datos que fueron dando los testigos permitieron establecer que los asaltantes serían "entre cinco y siete", aunque los voceros policiales también hablaron de cuatro malhechores.
Según pudo ver un cronista, en el suelo, a centímetros de la parte posterior de la Partner, fueron hallados dos casquillos de proyectil, lo cual evidencia que en el lugar del ataque algunos disparos fueron hechos desde dentro del furgón y al abandonar la camioneta las vainas cayeron al suelo.
También el vidrio del lado del acompañante estaba roto, como si hubieran disparado desde el interior.
Lo concreto es que los maleantes lanzaron su arsenal en dos o tres minutos y huyeron. l (DyN)
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