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sábado,
03 de
marzo de
2007 |
Viajeros del tiempo
Rosario 1905 / 1910
Guillermo Zinni / La Capital
La religión del Estado es sólo una engañosa formalidad. En la última sesión de la Cámara de Diputados hubo una calurosa discusión al tratarse la partida del presupuesto destinada a las misiones católicas encargadas de convertir a los indios a esa religión. En ella, el doctor Piñero sostuvo que "hablar de una religión del Estado es sólo una engañosa formalidad. Se puede ser argentino, como alemán, inglés o ruso, siendo indistintamente católico, protestante, judío o no tener ningún culto. La religión es una cosa individual que tiene que ver con la conciencia de cada uno, y que cada uno practica como quiere o como puede. Hay naciones de Europa que tienen más de diez religiones, y ese es un signo inequívoco de progreso. El signo distintivo de la civilización de un pueblo no es a qué religión pertenece sino, por el contrario, tiene que ver con la rapidez de las comunicaciones que transforman a la humanidad de todo el planeta mezclando en un día, en una hora, a hombres de todas las religiones y de todas las razas. De modo que un país como el nuestro, que felizmente recibe todos los días en su seno a hombres de todas las religiones, no debe invertir el dinero de los contribuyentes en auxilio de una sola, porque es soberanamente injusto costear la difusión de los dogmas de una religión con el dinero de hombres de todas las religiones. Por eso, en materia religiosa, el presupuesto del Estado debe ser neutro, como en Estados Unidos, donde no hay una secta tan influyente como para hacerse costear la enseñanza de sus dogmas".
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