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sábado,
10 de
febrero de
2007 |
Un basural, la
pesadilla de Alvear
Hace unos años me trasladé a la localidad de Alvear con mi familia porque pensé que tendría una mejor calidad de vida, pero desde hace más o menos dos años instalaron un basural a cielo abierto, a metros de la zona urbanizada y mi sueño se terminó. El relleno sanitario, que en una época iría a ocupar una hectárea fuera del pueblo y que por las quejas de vecinos de la zona rural se terminó trasladando a 150 metros de la calle Piedrabuena, es un enorme pozo lleno de desperdicios y linda con un precario hogar de ancianos. La cava abarca aproximadamente 10.000 metros cuadrados y es un foco infeccioso con proliferación de moscas, acumulación de agua, olores nauseabundos y centro permanente de sustancias contaminadas a las que se trata inútilmente de anular con quemazones que empeoran la situación. Son las enormes moscas las que más molestias causan a los residentes ya que en días calurosos no podemos abrir puertas ni ventanas. En realidad, Alvear es un pueblo detenido en el tiempo, pero no sólo por la tranquilidad que reina y la integridad de sus habitantes, sino por la falta de pavimentación de calles, de alumbrado público y mantenimiento general por parte de la comuna. Además, la promesa de crear una pileta semiolímpica de 25 por 12 metros de extensión, que supuestamente debía terminarse en enero de 2006, quedó en la nada y está en suspenso también la instalación del gas natural y la red cloacal. Cualquiera que recorra este poblado se llevará una impresión de abandono, como si los que tienen que llevar adelante la tarea de mantenerlo no existieran. Hubiera deseado no haber tenido que escribir nunca sobre estas irregularidades, pero en definitiva los que pagamos los impuestos tenemos el derecho de exigir a las autoridades que ejerzan la función para la que fueron elegidos.
DNI 24.569.799
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