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domingo,
04 de
febrero de
2007 |
Nueces: un fruto con una fórmula equilibrada
La nuez es el fruto seco más saludable, y gracias a la equilibrada composición de sus grasas que reducen el colesterol, son buenas para el corazón. Además, aporta valiosos nutrientes. Cinco nueces diarias son un “seguro de vida” para protegerlo.
Se trata de uno de los frutos secos con más grasa (el 62% de su peso) pero con unas proporciones de ácidos grasos que la hacen saludable. Mientras en otros frutos secos la proporción de Omega 6 es muy superior a la de Omega 3 (40 a 1 en la almendra, por ejemplo), en la nuez la proporción es de 5 a 1.
Necesidades diarias
Con sólo 25 gramos de nueces se satisface el 91% de las necesidades diarias de ácidos grasos Omega 3. Estos mejoran la relación entre colesterol bueno (HDL) y el malo (LDL), y previenen los ritmos cardíacos y, por tanto, la formación de coágulos en las arterias. En Estados Unidos la Food and Drug Administration, organismo encargado de regular la alimentación y los medicamentos, recomienda el consumo de 40 gramos diarios como parte de una dieta baja en grasas saturadas, encaminada a reducir la incidencia de las enfermedades cardiovasculares.
Efecto de saciedad
Se recomiendan especialmente a personas con afecciones cardiovasculares o riesgo de sufrirlas. Por su efecto antiinflamatorio, ayudan en caso de asma, artritits o enfermedades de la piel como la psoriasis.
Para los vegetarianos que prescinden del pescado, constituyen una valiosa fuente alternativa de omega 3.
Las sustancias antioxidantes que contienen, retrasan o reducen enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson o el Alzheimer. Además, producen un efecto de saciedad por lo que es recomendable incluirlas en regímenes para adelgazar.
En la cocina
Las nueces resultan muy versátiles en la cocina: se pueden agregar a ensaladas y platos muy diversos (enteras, troceadas o picadas). Se usan también en la elaboración de salsas para acompañar carnes, pastas y pollo.
La repostería les reserva un lugar de honor para la preparación de postres.
Combinan bien con el chocolate y la miel, pero también con el arroz, los quesos, las manzanas o la pasta. Para valorar su calidad conviene fijarse en su sabor, que nunca debe ser amargo.
Si se comen crudas, se recomienda masticarlas bien y con cuidado. En el caso de niños y ancianos es preferible consumirlas trituradas.
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