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lunes,
22 de
enero de
2007 |
Entre el placer de jugar y la obligación de ganar
Se dice que el fútbol es el imperio del resultado y todos adhieren a esta ideología. Ahora bien, ¿queda espacio para que el jugador disfrute la actividad o debe convertirse en una máquina de ganar? Los protagonistas analizan el tema.
-¿A qué edad se empieza a disfrutar de jugar en primera división, Flaco?
-Sabemos que no se disfruta tanto como se tendría que disfrutar. Los momentos buenos pasan rápido y los malos parece que duran una eternidad. Lo positivo es estar en un grupo con buena convivencia. Cada entrenamiento y cada partido es placentero. Además esta es la actividad que nosotros elegimos.
-¿Claudio, del partido en sí se disfruta algo?
-Hay presiones y obligaciones que asumís porque te dedicas a esto y está buenísimo que pase. En el fútbol argentino disfrutas cuando ganas medio a cero. Todo está atado al resultado. Para disfrutar están los entrenamientos y las concentraciones, que es donde más me gusta estar.
-¿Flaco, para que están este año?
-Desde que comenzamos la pretemporada nos planteamos como objetivo sumar entre 30 y 35 puntos. Trabajamos duro para conseguirlo. Si acumulas esas unidades peleás el campeonato. Por la gente y los jugadores, Newell's no se merece terminar como el año pasado. Hay que revertir lo malo del torneo anterior.
-¿Con qué expectativas viniste, Claudio?
-Hay que dar vuelta la historia. Vamos a disfrutar a pleno cuando sumemos de a tres puntos. Newell's no puede permitirse una campaña tan opaca como la anterior.
-Esta campaña opaca generó que en la tabla de promedios bajen unos puestos. ¿Nico, a este tema lo tienen en cuenta?
-No nos fijamos en eso para nada. En el plantel hay buenos jugadores y el objetivo es mirar hacia adelante. El primer paso es sacar los tres puntos ante Vélez. Le queremos devolver al hincha todo lo que nos da en cada partido.
-Circula la idea de que los futbolistas que surgen ahora no sienten pasión por jugar en la selección y prefieren triunfar en Europa. ¿Turco, esto es así?
-Hay un mal asesoramiento hacia los jóvenes. El representante primero piensa en su negocio y nada en el jugador y la persona. Incluso a determinados clubes muchas veces no les importa si el pibe se va a Japón y no puede vivir allí. Sólo buscan cerrar el negocio y listo. Es todo muy vertiginoso. Incluso hay muchachos que dejan de jugar cada vez más jóvenes porque no quieren saber más nada con este mundo. A los 30 años se cansan y largan todo.
-¿Claudio, las presiones de ganar que soporta el jugador ya comienzan en las inferiores?
-Hay excepciones, pero en inferiores ya no se preparan más jugadores para el profesionalismo. El campeonato del jugador de inferiores es llegar a primera división y mantenerse. Este es el campeonato. No me importa que la sexta de un club salga campeón si después ningún pibe llega a primera.
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