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domingo,
21 de
enero de
2007 |
La sombra argentina
es de color naranja
Holanda desde hace algunos años logra imponerse en cada duelo con Argentina donde se definen cuestiones importantes.
El adversario de la final del Champions Trophy de Quilmes no por nada ostenta desde hace un tiempo el cartel de número uno del mundo.
El historial de enfrentamientos marca una paridad, con predominios alternados. En el Champions Trophy de Amstelveen 2001, por primera y única vez Argentina conquistó la medalla dorada en este torneo. Fue nada menos que contra Holanda y ante su propia gente al imponerse 3-2.
Al año siguiente, en el Mundial de Perth (Australia), Argentina desplegó su mejor juego y pese a que no pudo doblegar a Holanda en el tiempo reglamentario de la final, al empatar 1-1 con el gol de Inés Arrondo, se impuso por penales 4-2 para subir al escalón más alto del podio.
A partir de ese instante, Holanda fue un calvario. Argentina lo empezó a padecer en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004. En semifinales, igualaron 2-2 y Holanda se impuso en los penales 4 a 2. Una situación parecida sucedió en el Mundial de Madrid, en 2006. Otra vez igualaron, aunque en esta ocasión fue 1-1 y los penales condenaron nuevamente a Las Leonas (4-1). ¿Cambiará hoy la suerte de Argentina?
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