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 domingo, 21 de enero de 2007  
Sectores. La producción de carne arrastra un año de desaciertos. Preocupan las variables políticas y productivas
La ganadería no encuentra su norte
Los productores critican la política oficial hacia el sector y descreen de la regulación porque, dicen, no reduce el precioi al consumidor. Cómo jugó el clima

Aún cuando el consumo de carnes rojas en el mundo esté aumentando, el panorama de la ganadería en la Argentina no tiene un sesgo tan alentador para los protagonistas del sector, quienes consideran que la suma de variables política y productiva afectan seriamente la sustentabilidad del negocio a futuro en el país, un terreno que bien sabe aprovechar la competencia, por caso Brasil, que hoy es el número uno de la ganadería mundial.

Mientras aún resuenan los ecos en el sector agropecuario del efecto que provocó una nueva suba de las retenciones a la soja y la relación entre el gobierno y el campo sigue tensándose, todavía en el sector persisten los sinsabores de un año conflictivo.

El 2006 fue un año de grandes sucesos para actividad ganadera en el país: cupo en las exportaciones, listas con precios máximos en los mercados concentradores de hacienda y una sequía que afectó la producción, marcan la impronta de un período conflictivo.

No obstante, para Martín Biscayart, productor ganadero de la zona de Pergamino (Buenos Aires) el efecto político sobre el mercado de la carne es el que más afecta a la actividad: "Esto hace que muchos productores pequeños y medianos que hacían actividad mixtas -es decir, agricultura y ganadería- quieran dejarla, porque se están cansando. Son muchos años de remarla y cuando se da el momento de expansión, las decisiones políticas atentan contra el ánimo del productor" señaló.

Por eso para Fernando Brener, productor agropecuario que se dedica a la cría e invernada en zona de Entre Ríos, el mejor plan que puede haber para los ganaderos es "dejar en paz al mercado" y argumentó: "Lo que se necesita es que se deje libre el precio de los mercados ya que es un fantasma eso que va a subir la carne. En un mercado libre los valores tienden a autoregularse", dijo.


El efecto control
Para el productor lo que se logra con el control de precios es "que los exportadores paguen barato la carne obteniendo grandes márgenes para ellos a expensas del productor".

También consideró que el consumo de la carne en Argentina -estimado en 70 kilogramos por habitante por año- es "exageradamente alto" y eso se debe a que la carne vacuna es barata.

"La carne debe encarecerse para estimularse las inversiones en ganadería y el consumo interno debe disminuir alentándose otros consumos como el pollo, el pescado o las verduras, para poder exportar más ya que hay muchísimas posibilidades" disparó el productor.

En ese sentido, comparó a la Argentina con Brasil y Estados Unidos donde el consumo de carnes es menor, 40 kg/hab/año en el primero y 30 en el segundo. Además, en el vecino país, por ejemplo, hace treinta años atrás tenía el mismo stock de cabezas que Argentina, que actualmente triplicó, convirtiéndose en el primer exportador de carnes del mundo.


Baja producción
Pero además de la variable política otro cuello de botella del sector es el tema de la producción que no creció al mismo ritmo que lo hizo la demanda.

Para peor, la sequía que atravesaron regiones ganaderas el año pasado agravaron la situación para este ciclo.

De todas maneras, Biscayart consideró que haciendo más eficiente la actividad en aquellos lugares donde se la practica e incursionando en nuevas tecnologías en zonas llamadas "marginales", esto no sería un obstáculo.

La falta de transparencia en la cadena cárnica es otro tema a vencer por los quienes la integran, según lo apuntó Ulises Forte, coordinador del área ganadera de la Federación Agraria Argentina (FAA). "En el norte hay contrabando de hacienda", disparó y señaló una serie de puntos como la necesidad de informatizar el Servicio Nacional de Seguridad y Calidad Agroalimentaria (Senasa).

"Es preciso mejorar la producción, es cierto, pero también es necesario blanquear toda la cadena".

Además señaló que hay que considerar la necesidad de que se vuelva a recuperar la chacra mixta de modo que la gente vuelva a los pueblos del interior.

"Me preocupa la falta de política a largo plazo y la forma en que se deja que el mercado regule todo" indicó el Ulises Forte, también vice-presidente de Federación Agraria Argentina, quien señaló que después de las medidas que tomó el gobierno nacional, que consideró "apresuradas", el productor está recibiendo un 30% menos de lo que tendría que recibir.


Escenario futuro
Pese a la creciente demanda mundial de las carnes rojas no todo el horizonte está muy claro para el sector. Según Angel Girardi, presidente de la Asociación de Productores de Carne Bovina Argentina (Aprocaboa), el panorama que se viene para la actividad "es complejo".

"La vaca no llega bien al próximo servicio, va a haber pocos terneros en el 2007 y se van a necesitar muchos estímulos, porque como cualquier actividad, lo que se necesita es previsibilidad", indicó el productor, quien señaló que en el horizonte de la actividad ganadera lo que se ve son amenazas.

"Somos el país que más bajo se le paga el precio de la carne al productor del Mercosur y los problemas de las ganadería argentina es el intervencionismo del Estado, la falta de una política a largo plazo y el miedo de que crezca un sector en detrimento de otro sin pensar que si crece uno beneficia a toda la economía", aclaró Girardi.

Para Fernando Brener, el escenario futuro de la actividad es turbulento e incierto. "Por un lado, por el gran avance de la agricultura sobre el campo de cría y por otro, porque cada vez que la hacienda quiere subir es aplastada por medidas fiscales o seudo sanitarias que impiden su crecimiento".


Los frigoríficos
En tanto, Jorge Martínez de frigorífico Sugarosa opinó que el panorama también está complicado tanto para el mercado interno como para el externo porque la sequía hace que falten novillos para exportación, mientras que los permanentes aumentos en el maíz está afectando a la hacienda de consumo que se hace en feed lot.

"En la exportación hay buenas ventas a buenos precios, pero no se sabe si va a haber hacienda, pero a nivel interno el productor que hace feed lot no sabe si lo va a seguir haciendo por los altos costos, además del terreno que ha ganado la soja y cómo se ha volcado el maíz a la energía para los biocombustibles" señaló el empresario.

La pregunta del millón para el consumidor es qué va a pasar con el precio en las carnicerías, sobre lo cual los interlocutores señalaron que en la medida que el gobierno siga con la política de control de precios esta va a seguir igual.

Pero son más escépticos de cara al futuro. Creen que si no se encuentran estrategias alternativas de aliento a la producción, el panorama aparece por demás complicado.
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