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sábado,
23 de
diciembre de
2006 |
Golpe de 5 mil pesos en una marmolería
Cuatro pistoleros ataron con precintos a los empleados y, con exacta información, se apoderaron del dinero
"Me di cuenta de que chorearon porque llegaron los patrulleros. Yo estuve sentado en la vereda y no vi nada raro. Nadie salió corriendo y ningún auto salió arando". La explicación de uno de los pocos vecinos que ayer a la tarde andaban por la ardiente vereda en Zeballos al 4500 grafica el contexto en el que cuatro ladrones robaron 5 mil pesos de la marmolería de mitad de cuadra. Porque a las 16, una hora antes de que negocio bajara su persiana, por esa cuadra nadie caminaba, cuando los vecinos de barrio Azcuénaga se desperezaban lentamente tras la siesta.
Pero aunque pocos lo creían, el atraco se produjo. Según confiaron fuentes policiales, cuatro hombres armados con pistolas aprovecharon que la marmolería trabaja con su portón abierto y entraron sin pedir permiso. "Tenían muy buena información y sabían donde estaba cada cosa. Llegaron y fueron directo hacia el encargado y su hijo", explicó la fuente policial consultada. "Una vez adentro los ladrones se dividieron las funciones. Unos fueron hacia una oficina grande con el encargado y su hijo, y el resto fue para el fondo, donde había empleados trabajando", precisó el vocero.
Cuando los hampones tuvieron bajo su control el espacio de 15 metros por 50 que tiene el galpón, se dedicaron a merodear y así se hicieron con 5 mil pesos en efectivo. Sobre el piso de la oficina dejaron desparramados valores y cheques por 35 mil pesos. "Para marcar quien tenía el control de la situación, uno de los ladrones le pegó un culatazo al encargado, de 69 años, y lo lastimó", explicó el pesquisa. Antes de que se cumplieran cinco minutos desde el comienzo del golpe, los ladrones maniataron a las cuatro víctimas que había en el negocio con precintos plásticos que ellos mismos llevaron. Y se fueron.
"Nadie vio en que llegaron ni en que se fueron", precisó la fuente. "Estaban muy bien dateados", comentó como al pasar. La marmolería de Zeballos entre Servando Bayo y Pascual Rosas trabaja en barrio Azceunaga desde hace más de 20 años, según confiaron los vecinos de la cuadra. "Sus propietarios no son de Rosario, viven en Buenos Aires", explicó una asombrada vecina.
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