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 viernes, 22 de diciembre de 2006  
Polémica. Es caso disparó enfrentamiento entre partidos políticos, organizadores sociales y la iglesia
Un médico ayudó a morir al italiano que pedía la eutanasia hace 10 años
Piergiorgio Welby tenía una enfermedad incurable hace 40 años. Lo desconectaron y falleció en 20 minutos

El italiano Piergiorgio Welby, quien padecía una enfermedad incurable y peleaba por ser ayudado a morir desde hace diez años, falleció anteanoche después de que un médico le desconectara el respirador del que dependía para vivir.

Welby, de 60 años, sufría desde hace más de 40 años de una atrofia muscular degenerativa y desde hacía diez estaba conectado al aparato. En los últimos tiempos ya no podía moverse y sólo se comunicaba a través de los ojos. El mismo se describía como un "prisionero de su cuerpo".

El caso se había convertido en un tema de gran debate en la católica Italia.

"Welby finalmente ha sido liberado de su tortura y ha obtenido aquello por lo que luchó (...) Falleció anoche (por el miércoles)", declaró Marco Pannella, cuyo Partido Radical había apoyado su campaña.

Desde la coalición conservadora en la oposición, el diputado de Forza Italia Enrico la Loggia destacó que la muerte de Welby es un acto "ilegal" y denunció que el Partido Radical está haciendo "una bárbara instrumentalización del caso", pues para solicitar un debate en el Parlamento "hay otras razones y otros métodos".

El diputado de la democristiana UDC Luca Volonté pidió a "la autoridad judicial que arreste al culpable de este homicidio, castigado por las leyes del Estado y que no puede quedar impune".

La semana pasada una corte de Roma había rechazado el pedido de Welby de ser sedado para no sufrir una vez que fuera desconectado el respirador. La corte pidió al Parlamento que se ocupe del tema para cerrar los huecos legales.

La eutanasia es ilegal en Italia, pero por otra parte la Constitución del país garantiza a los pacientes el derecho a negarse a recibir tratamiento forzado, por lo que no están claras las medidas que se podrán tomar contra Mario Riccio, el médico que apagó el respirador. El médico, un anestesista de la ciudad de Cremona declaró a la prensa que miembros del Partido Radical, que apoyan la legalización de la eutanasia, le preguntaron si estaba dispuesto a hacerlo. "Y me mostré de acuerdo", afirmó.

Según indicó, antes de desconectar el respirador sedó al paciente, en contra de la decisión judicial. Los médicos italianos se enfrentan a penas de hasta 15 años en caso de eutanasia. Welby, que el 26 de diciembre habría cumplido 61 años, se encontraba postrado en una cama desde 1997 y vivía gracias a un ventilador pulmonar.

En sus largos días de enfermedad Welby se dedicaba a escribir ensayos y poesías, y comenzó su batalla en septiembre cuando envió una carta al presidente de la República, Giorgio Napolitano, en la que planteaba su "derecho a la eutanasia". Riccio indicó ayer que el enfermo le confirmó "plenamente su voluntad de ser sedado y poner fin" con la respiración artificial. El paciente organizó su muerte como siempre la había deseado y como la describía en su libro titulado "Dejadme morir": "Morir tendría que ser como dormir después del amor, cansados, tranquilos y con ese sentido de estupor que invade todo".

Riccio le suministró una anestesia intravenosa, para que no sufriera al faltarle el aire, después desconectó el ventilador y Welby falleció en 20 minutos poco antes de la medianoche de anteayer.

La hermana del enfermo, Carla, dijo que todo había sucedido "como él quería" y agregó que "ha sido un gran director aún en esta situación, ha querido darse cuenta de todo, saludar a todos".

En septiembre pasado, Piergiorgio desató un fuerte debate al escribir una carta al presidente de Italia, Giorgio Napolitano, para pedirle "la gracia de la eutanasia".

Las encuestas muestran que la mayoría de los italianos está a favor de legalizar la eutanasia, pero el Vaticano se opone con el argumento de que la vida es sagrada y debe ser protegida hasta su "final natural". La eutanasia es legal sólo en Holanda y Bélgica. (DPA y EFE)
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“Estoy prisionero en mi propio cuerpo”.


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