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miércoles,
15 de
noviembre de
2006 |
Millones de pobres a la sombra del auge económico
Madrid. - Autos último modelo, restaurantes llenos y viviendas en construcción por todas partes: Madrid es, sin duda, una ciudad rica con un elevado nivel de vida. Pero la capital española también esconde otra realidad, no tan evidente a primera vista, porque entre sus tres millones de habitantes hay también miles de personas que viven en condiciones precarias.
Según datos de Cáritas, tan sólo en Madrid unas 6.000 personas viven en la calle. El prototipo de estos "sin techo" es un varón español de 43 años, muchas veces alcohólico o drogadicto, y con escasa educación escolar. Sin embargo, entre las personas sin hogar también aumenta el número de extranjeros, fiel reflejo del fenómeno de inmigración que vive el país.
Los nuevos pobres generalmente son personas que no se ajustan a un patrón tradicional del indigente, explicó recientemente en el diario El País Rosalía Portela, de Cáritas: "Pasan inadvertidos, porque su apariencia no choca, pero están ahí, empujados fuera del sistema por la falta de trabajo". Algunos expertos califican este fenómeno de "pobreza sumergida".
Pero también hay otros tipos de precariedad, como los que experimentan los miles de ancianos que tratan de subsistir con pensiones de no más de 300 euros al mes en viviendas paupérrimas. O aquellos que viven en los poblados de chabolas (favelas) en las afueras de Madrid, muchos de ellos de etnia gitana. Eso sin contar a los desempleados de larga data, que sobreviven con subsidios ínfimos.
En este contexto, para muchos resultan chocantes datos recientes del Instituto Nacional de Estadística (INE), según los cuales, pese al boom económico, cerca del 20% de la población residente en España está por debajo del umbral de la pobreza relativa, condición que, por ende, sufren más de ocho millones de personas. Entre los mayores de 65 años que viven solos, la incidencia es incluso mucho mayor, ya que se sitúa en casi el 52%.
Las cifras de la Oficina Europea de Estadística (Eurostat) tampoco son alentadoras: aunque la renta per cápita española se acerca a la europea, lo hace de una forma tan desequilibrada que la distancia que separa a pobres y ricos se encuentra entre las mayores de la Unión Europea (UE). En un reciente estudio llevado a cabo en 17 países, Eurostat sitúa a España como el quinto país con mayor tasa de pobreza, sólo por detrás de Eslovaquia, Portugal e Irlanda, y en los mismos niveles que Grecia.
Coincidiendo con el 20% de la pobreza que menciona el INE, la oficina estadística de la UE concluye que la tasa de pobreza de España es casi dos veces superior a la existente en los países de mayor cohesión social, es decir, Dinamarca, Luxemburgo, Finlandia, Suecia y Noruega. En el caso de España, el umbral de pobreza se sitúa en unos 6.280 euros por persona al año.
En opinión del presidente de la plataforma de organizaciones no gubernamentales de Acción Social, Juan Lara, en España más de un millón de personas viven en una pobreza severa, mientras que un amplio sector de la sociedad se encuentra bajo el denominado "umbral de riesgo de pobreza". (DPA)
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