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miércoles,
15 de
noviembre de
2006 |
Lucha por evitar la deportación de su mamá
México. - Saúl Arellano, un niño estadounidense de siete años que llegó a México en busca de apoyo para evitar que deporten a su mamá mexicana de EEUU, se anotó ayer un punto a su favor. Luego de escuchar la historia de Elvira Arellano en voz de su hijo Saúl, la mayoría de la Cámara de Diputados aprobó una resolución en la que solicita al Congreso de EEUU suspender la deportación de la mexicana, una inmigrante indocumentada que desde el 15 de agosto ha vivido en una iglesia de Chicago para evitar ser devuelta a su país.
La presidencia mexicana también reaccionó de manera favorable a la causa del niño y a través del vocero Rubén Aguilar señaló que aunque es evidente que su mamá violó una ley estadounidense "consideramos que existen elementos de carácter humanitario que deberían de ser tomados en cuenta para evitar que una familia se divida".
El portavoz aseguró que por instrucciones del presidente Vicente Fox el consulado mexicano en Chicago trabaja en ayudar a Arellano a obtener una autorización de EEUU de permanecer en ese país.
Saúl, vestido con un traje marrón, estuvo por segundo día consecutivo en el Congreso mexicano, aunque ahora llegó hasta el salón de sesiones justo cuando los diputados aprobaban la petición a los legisladores de EEUU para suspender la deportación de su madre. "Yo quiero que le digan al presidente George W. Bush que termine las redadas y las deportaciones para que mi mamá y otras familias se queden juntas en EEUU", dijo el niño en una breve rueda de prensa luego de que se aprobara la resolución.
Elvira Arellano, una madre soltera de 31 años, se mantiene dentro de la Iglesia Metodista Unida Adalberto, en Chicago, desde el 15 de agosto cuando se programó su entrega a las autoridades estadounidense para su deportación.
En los últimos meses Saúl ha viajado a lo largo y ancho de EEUU para solicitar apoyo a su madre e incluso envió recientemente una carta a Bush, pero por primera vez salió de su país natal y llegó a la nación de su mamá.
"De lograrse evitar la deportación, se generaría un precedente que beneficiará a más de 4,9 millones de niños que han nacido en EEUU y cuyos padres viven bajo la amenaza de ser deportados", dijo el diputado José Jacques, que acompañaba a Saúl y quien también fue un inmigrante en ese país por 33 años y tiene una hija y nieta estadounidenses.
La patrulla fronteriza de EEUU atrapó en 1997 a la mexicana originaria de Michoacán, Estado del centro del país, poco después de haber cruzado la frontera. Cruzó de nuevo y llegó hasta Chicago, donde cinco años después fue arrestada y hallada culpable de trabajar como conserje en el aeropuerto internacional O'Hare usando un número falso de seguridad social.
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