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sábado,
11 de
noviembre de
2006 |
¿Un giro en política exterior?
Madrid. - El triunfo demócrata podría dar al resto del mundo interlocutores más receptivos a sus planteos en Washington y entre los más beneficiados figurarán probablemente México y su campaña a favor de reformas migratorias que regularicen la situación de los indocumentados. México no ocultó su abierta oposición a la ley patrocinada por los republicanos que estipula la construcción de una valla de seguridad de más de 1.100 kilómetros a lo largo de la frontera para evitar la entrada de inmigrantes indocumentados. Empero, la ley es un gesto simbólico más que práctico porque no apropió los fondos para su construcción.
México podría utilizar la victoria demócrata para apoyar un proyecto de ley, respaldado por el presidente George W. Bush, que otorgaría una amnistía y daría eventualmente la ciudadanía a más de 12 millones de inmigrantes ilegales, muchos de ellos mexicanos. El proyecto demócrata en ese terreno se acercaba mucho más al de Bush que al del Partido Republicano.
Los aliados europeos seguramente redoblarán sus pedidos de que sea clausurado la prisión naval de Guantánamo y una mayor participación en los asuntos mundiales.
Igualmente, podrían sentirse envalentonados los enemigos de Washington en Corea del Norte, Irán y Venezuela.
Empero, los analistas no creen que la victoria legislativa demócrata propicie un cambio radical en la política exterior de Estados Unidos. En algunos casos, como Corea del Norte, las expectativas de cambio quizá sean exageradas porque los demócratas no están unidos en ese tema, y en política exterior, un presidente debilitado tiene a menudo más peso que un Congreso unido.
Muchos líderes europeos confían en que el cambio les permita tener un mayor peso específico en los asuntos mundiales, especialmente en las negociaciones sobre comercio mundial y cambios climáticos. El respeto de los derechos humanos es otra de las áreas en la que esperan ver cambios los dirigentes europeos.
Incluso aliados tradicionales de EEUU como Gran Bretaña pidieron el cierre de la prisión de Guantánamo y otros insistieron que la CIA cese su extradición clandestina de sospechosos de terrorismo a terceros países y la restauración de los derechos básicos a un juicio justo de los detenidos.
Otra zona que podría sufrir complicaciones con el triunfo demócrata es la negociación del comercio mundial. El presidente de la Comisión Europea, el portugués José Manuel Barroso, pidió a los demócratas que aclaren ante el bloque europeo que desean reanudar las negociaciones sobre comercio mundial, que fracasaron en julio.
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