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 miércoles, 08 de noviembre de 2006  
"Sanarse y enfermarse pasa por lo que cada individuo aporta"

Clarisa Ercolano / La Capital

La frase "pinta tu aldea y pintarás el mundo" bien podría usarse para definir coloquialmente a la psicología social, doctrina fundada por Enrique Pichon Riviere allá por el año 1965 y que básicamente plantea el estudio de la relación mutua entre mente, comportamiento y sociedad, donde el quehacer de los grupos hace y afecta al conjunto social. Enfocada al ámbito de la salud, Pichon Riviere plantea que estar sanos pasa por un proceso donde lo que se presenta como dos opuestos (salud y enfermedad), coexisten en cada ser humano. "Hay que ver qué es lo que predomina; sanarse y enfermarse pasa por lo que cada individuo aporta, lo externo es una condición para que se produzca, pero no todos lo toman del mismo modo", abunda Rosa Nasiff, experta en psicología social que visitó Rosario invitada por la Escuela Rosarina de Psicología Social Pichon Riviere.

Nasiff lleva esta teoría a un plano más práctico y asegura que una persona puede estar en contacto con el bacilo de Koch (que genera la tuberculosis) y no enfermarse, mientras que otros sí. "Esto genera un cambio en la concepción de la salud mental sobre todo, porque existe un prejuicio donde se segrega al enfermo".

La psicología social se encarga de un abordaje generalístico, pese a que suele asociarse como psicología de los grupos o instituciones, cuando en realidad tiene que ver con el psiquismo en su conjunto, ya que grupos o instituciones no pueden existir ni entenderse si no es en relación con lo social. "Estudiamos los fenómenos sociales, grupales y comunitarios como productos de una relación dialéctica entre relaciones objetivas, sociales y subjetivas, para explicar conductas a través de los fenómenos sociales", explica Nasiff.

La psicología social interactúa con la sociedad de manera constante. La escuela de Argentina, en la cual Nasiff participa activamente, se enfoca prioritariamente en el abordaje comunitario de grupos en riesgo y la formación de psicólogos sociales. "Trabajamos en los movimientos sociales, en las nuevas patologías como depresión y pánico, y en la relación con los movimientos de desocupados, donde pudimos ver que la salida de la depresión está vinculada a la realización de un proyecto colectivo".

Actualmente, también se observan patologías que no tienen que ver con el desempleo sino con la explotación: "No es que no tienen trabajo, tienen uno que los destroza, hay una sobreexplotación", precisa Nasiff.

Esta escuela trabaja también sobre lo pos-traumático. "Es importante también trabajar en el ámbito de la prevención. El psicólogo tiene que estar en la urgencia y no esperar a que la demanda venga. Por eso es que estuvimos, acompañamos y trabajamos con grupos de apoyo a sobrevivientes y familiares en la tragedia del boliche República de Cromañón", refiere Nasiff.


Buscando una explicación
Dentro de la psicología, como se sabe, conviven distintas corrientes. Muchas quieren explicar la conducta sólo a a través de los extremos, "nosotros, en cambio, estamos en coincidencia con la tradición dialéctica que dice que hay una relación recíproca entre objetivo y subjetivo, y esto estructura la subjetividad y el mundo interno", precisa Nasiff, antes de aclarar que, desde que nace el niño comienza a constituirse su psiquismo que no puede desarrollarse si no es dentro de esas relaciones. "El psiquismo existe sólo si hay relación con los otros, porque lo de cada uno influye en los otros", abunda.

La teoría que desarrolla Pichon Riviere surge de una larga práctica clínica. El que fuera considerado como el maestro de la psiquiatría argentina, desarrolla una teoría que le hace chocar de frente con el psicoanálisis, a partir de lo cual rompe con esa escuela para construir luego los estamentos de la psicología social. "El materialismo dialéctico es una instancia imprescindible para entender los fenómenos complejos entre individuo, medio social y su grupo de referencia, y registro en el psiquismo de cada uno", explica Nasiff, y abunda en el concepto de que la dialéctica permite comprenderlo "porque ubica la complejidad de los fenómenos como una cuestión central y registra que todo está en permanente movimiento y cambio".

La teoría pichoniana habla también del concepto de protovínculo, que comienza antes de nacer a concebir la constitución del psiquismo del recién nacido, influenciado por su madre, con todo lo que sucede en el ambiente en el que vive y con la constitución con la que cada uno viene al mundo.

Desde esta concepción social, la psicología se enfrenta con lo que se denominan nuevos paradigmas. "Los nuevos paradigmas plantean que no hay realidad objetiva, lo que se formula como verdad es una creencia social individual que predomina en determinado momento", precisa la especialista. Este concepto se articula con el referido por Thomas Kuhn, quien sostiene que en cada época predomina un paradigma y así se estructura el desarrollo. "Entendemos que esto no es el desarrollo de la ciencia, sino que cuando se profundiza el conocimiento rigen otras leyes, pero no quiere decir que las anteriores pasen a ser falsas", explica Nasiff y finaliza: "Un nuevo conocimiento profundiza otro, pero no lo destruye".
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Nasiff, experta en psicología social.


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