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 miércoles, 08 de noviembre de 2006  
Debate entre especialistas por la idea de prohibir razas agresivas
La propuesta de grupos proteccionistas sumó adhesiones, pero también encarnizados rechazos

La propuesta de reducir la población de perros considerados potencialmente peligrosos profundizó el debate que la sociedad viene dando sobre la tenencia de razas genéticamente modificadas. La idea de eliminar en Rosario los criaderos y el adiestramiento generó por igual rechazos y adhesiones. El tema se discutió en la última reunión de la comisión de Ecología del Concejo y lejos de cerrarse, la cuestión levantó más de una polémica. Para el concejal Carlos Comi, los cruces de opinión no son estériles porque "ayudarán a endurecer las normas que regulan la tenencia de estos canes". En el mismo sentido se expidió el proteccionista Jorge Del Bo, generando roces con sus pares.

"Más tarde o más temprano algo habrá que hacer", dijo Comi luego de que naufragara su proyecto de habilitar un registro único de mascotas y un seguro de responsabilidad civil para afrontar los daños que causen. Para el edil, al menos algo quedó en claro, la obviedad de que se habla de razas potencialmente peligrosas. En esta calificación entran: doberman, dogo argentino, dogo de Burdeos, pit bull, rottweiler, akita inu, bullmastiff, fila brasileño, mastín napolitano, terrier staffordshire americano, presa canario, staffordshire bull terrier, tosa Inu o japonés.

Pero no todos piensan lo mismo. Para el director del Instituto Municipal de Sanidad Animal (Imusa), José Luis Priotto, "los perros no son letales en sí mismos sino que están condicionados por el entorno en que crecen". En el mismo sentido, Andrés Salvarezza, criador y adiestrador de rottweiler, doberman y boxer, destacó que "todo pasa por la responsabilidad del dueño" del can.

En la vereda opuesta, el proteccionista Jorge Alberto Del Bo, que en su momento impulsó el cierre del zoológico, sostuvo que el verdadero problema es eliminar al adiestramiento de este tipo de raza, porque en ese proceso anida el huevo de la serpiente. En su opinión, es necesario habilitar un registro de tenedor responsable y practicar la esterilización de los ejemplares citados hasta que su población "ceda por completo y desaparezcan de la ciudad". Más aún, explicó que dichas medidas coartarían el "negocio que supone vender los cachorros para recuperar el dinero invertido al comprar estos perros de probeta".


Dos miradas
Según Priotto, hay dos formas de mirar el potencial agresivo de estos ejemplares. Para los americanos la genética es todo; para la escuela francesa, los genes sólo son responsables de un 30 por ciento del problema, el resto tiene que ver con el entorno. "Todo pasa por una tenencia responsable, el dueño debe saber qué animal tiene y cómo tratarlo", insistió. Y dejó en claro que la solución no pasa por prohibir sino por educar a la gente.

"Un criador de este tipo de razas no debería venderle un perro a cualquier persona que no demuestre equilibrio emocional", dijo Priotto y fue por más, equiparó a estos ejemplares con un arma: "El animal hará lo que le digamos", sentenció. En su opinión todo pasa por una buena etapa de aprendizaje y socialización. "Cuando un perro ataca a gente de su propio entorno algo falló en la línea jerárquica que necesita tener el animal", dijo.

Según Salvarezza, los accidentes con este tipo de perros ocurren por negligencia de sus dueños. "Son razas con mucho potencial físico y hay gente que compra perros sin saber siquiera cómo se manejan". Además propuso identificar a los perros con microchips, cuyo registro estaría a cargo de la Federación Cinológica Argentina para los ejemplares de pedigree y de la Municipalidad, para el resto de los canes.

"Es irrisorio prohibir la crianza", aseguró Salvarezza, y dijo que ningún perro puede estar suelto en la calle y que el uso del microchip ayudaría a que el dueño asumiera su responsabilidad civil por los problemas que pudiera ocasionar el animal."Todo termina en la responsabilidad del dueño, pero no se puede hablar de prohibir", argumentó.
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