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miércoles,
08 de
noviembre de
2006 |
Los abuelos
olvidados
El viernes 20 de octubre a las dos de la madrugada solicitamos una ambulancia a Pami, donde presta servicios la empresa Sanafé. Fui atendida por un señor que me dijo muy fríamente que no mandaba la ambulancia porque vivo en una "zona brava". Entonces, me aconsejó que llevara a mi padre por mi cuenta. Después de tener una breve discusión le dije que mi papá tenía insuficiencia cardíaca y no podíamos volverlo en sí, pero no le importó, volvió a repetir lo mismo. Como siempre tuvimos que llevarlo en un remís (esos llamados truchos), y gracias a la rapidez del conductor y su solidaridad mi papá se salvó. Así, esa persona que atendió la emergencia en el Pami no tendrá que cargar en su conciencia, si es que la tiene, con una muerte más. ¿Hasta cuándo los jubilados y pensionados tienen que soportar este maltrato de gente totalmente inexperta para estos casos? Por favor, que las autoridades de Pami hagan algo al respecto ya que gracias a los abuelos se llenan sus bolsillos.
Mariana Pérez, DNI 22.081.449
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