Destacan la importancia del teatro en la educación

Laura Hojman

La talentosa y renovadora dramaturga argentina Alejandra Boero, quien vivió varios años en Alemania, destacó en una oportunidad los aportes benéficos del teatro en el aprendizaje de los niños en escuelas comunes y también para alumnos con enfermedades neurológicas y con discapacidades, que ella apreció en ese país.

Boero, fallecida en mayo último, resaltó durante un encuentro realizado años atrás en el porteño Teatro Cervantes sobre "El teatro y la educación", la importancia de incluir el arte dramático en la currícula en las escuelas.

Destacó en ese momento los buenos resultados que se obtuvieron "llevando a los alumnos a ver obras de teatro como parte del aprendizaje", respecto a chicos con problemas neurológicos, y psicológicos, entre ellos fobias y temores, y además en el aprendizaje general, dado que les permitía "liberar sensaciones y emociones".

En nuestro país, en estos últimos años se incluye el arte dramático en gran parte de las escuelas públicas de varias regiones -no como disciplina curricular como sucede en colegios privados de relevancia- pero sí como una actividad dentro del aula. Lo que aún resta es convertir en una actividad escolar más el acceso asiduo de todos los chicos del país a las salas de teatro, desde las más emblemáticas de capitales hasta las alternativas de los barrios.

Una de las experiencias destacables, nacida hace dos años, es el Programa de Formación de Espectadores que comparten el Ministerio de Educación de la ciudad de Buenos Aires y el Instituto Nacional del Teatro (INT), consistente en llevar a alumnos y docentes de escuelas públicas a las salas de teatro.

"El objetivo es que puedan acceder a algunos de los mejores espectáculos de la cartelera porteña de manera gratuita", señaló la coordinadora del programa, Ana Durán, quien destacó que muchos chicos de barrios periféricos como Lugano y Barracas "accedieron por primera vez a una obra de teatro experimental".

El programa contempla actividades previas, como el recorrido de la sala teatral, charlas de los chicos con los directores y actores, carpetas didácticas para trabajar en el aula y un debate posterior a la función con los artistas. Consultada Durán respecto de si los chicos adoptan el hábito de ir al teatro luego de la experiencia, se mostró algo escéptica, aunque admitió que "va a cambiarlo bastante, y esa realidad lo va a enriquecer más, en un mundo tan chato el teatro le permitirá pensar el mundo por sí mismo". (DyN)