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 miércoles, 27 de septiembre de 2006  
Blair dio su discurso de despedida del laborismo
Ante el congreso partidario, admitió que abandonar el cargo le resultará difícil. Fue ovacionado

Manchester. - El primer ministro Tony Blair admitió ayer que le resultará difícil dejar el cargo, pero que esa opción era la correcta para lograr que el Partido Laborista se mantenga en el poder. Fue la despedida de Blair del congreso partidario como premier y jefe del laborismo, ovacionado por sus seguidores que le agradecieron los largos años de gobierno que brindó a su organización política. Hasta la aparición de Blair el laborismo era el perdedor designado de las elecciones británicas.

En su último discurso al pleno del partido, Blair dijo que el laborismo debe ser audaz si desea mantener el poder y que el único legado que le interesaba era heredarle un cuarto mandato (él ganó tres desde 1996). Los delegados, agradecidos por las tres elecciones en las cuales fueron guiados a la victoria por Blair, escucharon ansiosos mientras hablaba y en varias ocasiones lo interrumpieron con ovaciones y alabanzas. Muchos agitaron letreros con leyendas como "Demasiado joven para retirarse", "Tony, hiciste mejor a Gran Bretaña" o "Ganador".

En un discurso de una hora de duración, Blair recordó sus inicios como un joven candidato al Parlamento en 1983 e indicó que los laboristas han cambiado las reglas del juego político durante su gobierno. "La verdad es que no se puede continuar para siempre. Es por eso que es correcto decir que este es mi último congreso como líder".

"Por supuesto, es difícil irse -continuó-. Pero también es lo correcto, para el país, para ustedes y para el partido". Aunque la relación de Blair con su partido ha sido de amor-odio desde que tomó sus riendas en 1984, indicó que siempre sentiría orgullo de los logros de los laboristas. En los 90, Blair terminó con la larga era conservadora iniciada por Margaret Thatcher y a la vez con la vieja guardia laborista, apegada a los sindicatos y al antiguo Estado de bienestar británico. Su movimiento "New Labour" cambió el panorama político británico y hoy el ministro de Finanzas Gordon Brown, eterno adversario interno de Blair, toma finalmente la posta para competir por un cuarto mandato ante los conservadores. "Donde sea que me encuentre, lo que sea que haga, estoy con ustedes. Les deseo lo mejor y quiero que ganen. Ustedes son el futuro, así que aprovéchenlo", dijo Blair a los delegados. La ovación final fue conmovedora hasta para los enemigos internos de Blair, quien se abrazó largamente con su esposa Cherie.

En cuanto a la polémica política exterior, el premier advirtió a Occidente que no debe retirar sus fuerzas armadas de Irak y Afganistán y defendió que Gran Bretaña haya acompañado a Estados Unidos en la lucha antiterrorista. "Nosotros no estaríamos mejor protegidos si emprendiésemos una retirada cobarde que expusiese a grandes riesgos nuestra seguridad en el futuro", subrayó Blair. "Sí, muchas veces es difícil ser el aliado más poderoso de Estados Unidos. Sé que la gente actualmente solamente ve los costos de estas alianzas. Pero el costo de abandonarlas, en cuanto a poderío, peso específico e influencia de Gran Bretaña, sería infinitamente mayor", indicó.
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Aplaudido por los laboristas, Blair se abraza con su esposa Cherie.



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