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 domingo, 17 de septiembre de 2006  
Santiago del Estero
El agua milagrosa
Las Termas de Río Hondo ofrecen terapias hídricas, baños secos, de sauna y vapor

Los primeros en disfrutar de los baños termales fueron los romanos en la ciudad alemana de Baden Baden, mientras que el padre de la medicina, el griego Hipócrates, fue el primero que las usó terapéuticamente, y lo mismo hicieron los incas que bajaban con sus rebaños desde Perú hasta las actuales tierras santiagueñas de Termas de Río Hondo.

Los pastores descubrieron que los animales enfermos se curaban cuando llegaban a este paraje, y la fama de las "aguas milagrosas" hizo que los príncipes del incanato vinieran a curar sus dolencias.

La ciudad de Termas de Río Hondo está en una hondonada que genera un microclima muy especial -que aventa los rigores del invierno-, y por esa característica única en el país se la considera la Capital Nacional del Invierno.

Esta ciudad que tiene 150 hoteles, entre ellos cinco de categoría cuatro estrellas, pero todos con servicio de aguas termales en las habitaciones, posee la temporada turística más larga del país, en la que desarrolla un amplio calendario de espectáculos artísticos y culturales.

Comienza a fines de mayo y sigue en junio, período considerado temporada baja, mientras que en julio y agosto -con temperaturas que oscilan entre 30 y 35 grados- la ocupación hotelera de sus 14 mil plazas es total.

Después llegan los turistas de septiembre y octubre, lapso en que los días son menos apacibles y las tarifas más bajas. Las terapias hídricas son un tratamiento frecuente en los países europeos, cuyos habitantes también se gratifican con los baños secos -los baños sauna que inventaron los noruegos-, y con los baños de vapor.

Estos últimos la historia se los atribuye a los romanos, voraces comensales de hábitos sedentarios, que entre altas temperaturas y espesas fumarolas pretendían eliminar excesos.

Según otra teoría, los romanos fueron abandonando la costumbre de estos baños, que para ese entonces ya habían calado profundamente en la vida cotidiana de los turcos. De allí que el mundo los conoció, y todavía los conoce, como "baños turcos".

Los romanos, hedonistas naturales, construyeron en los suburbios de Roma, en tiempos del emperador Caracalla, las termas que llevan el nombre de ese gobernante, un inmenso complejo cuyas ruinas son actualmente un paseo turístico. Se cuenta que en aquellos tiempos estos baños cercanos a la capital italiana eran tan sofisticados que hasta tenían una biblioteca con libros en latín y griego.

Por estas latitudes la moda de las terapias hídricas tuvieron su época de esplendor a comienzos del siglo pasado, cuando la alta sociedad vernácula pasaba los inviernos en la bonaerense Carhué, hasta que la oferta termal del país se diversificó y surgió ese milagro de la naturaleza que es Termas de Río Hondo.

En esta villa santiagueña el planeta se permitió una de sus excentricidades menos frecuentes, como es la de favorecer la instalación de una ciudad sobre una hondonada cruzada por catorce napas de aguas termales. Esto la convierte en el único lugar en el mundo donde las aguas calientes surgen en cualquier lugar en el que se perfore.

La ciudad tiene un casino de estilo colonial y un lugar público, "La Olla", con piscinas termales para los turistas que están de paso. Y un mercado viejísimo, al fondo de la calle Rivadavia, con puestos que venden desde ropa, juguetes, mantas, cremas y ungüentos, hasta yuyos para todos los males, piezas de cestería y las famosas especies santiagueñas. Por sus calles transitan sulkys tirados por caballos y deambulan mujeres que ofrecen chipá y tortillas humeantes.

Los que calificaron a las aguas termeñas de "excepcionales" fueron los médicos de la Federación Termal Internacional, con sede en Cuba, quienes tomaron muestras y las analizaron en la isla. Concluyeron que sus minerales son excelentes para afecciones reumáticas y dermatológicas, y también para combatir el estrés, debido a su enorme poder relajante.

Con el tiempo fueron surgiendo otras terapias en los centros hídricos, que Termas de Río Hondo adoptó rápidamente, como los tratamientos con fangos y piedras calientes, y muchísimas modalidades de masajes, entre ellos los orientales.
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